HORNO MICROONDAS: Inventos que nos facilitan la vida

En la lista de mejores inventos de la historia siempre salen los mismos clásicos: la rueda, el fuego, la penicilina… Estamos de acuerdo. Pero hay uno que no suele aparecer en los primeros puestos de estos rankings con el cual es muy difícil concebir la vida tal como la conocemos. Nos referimos al microondas una herramienta que cambió la forma de entender la cocina y que ha facilitado la vida de muchos. Son aquellos a los que no prestamos atención, pero sin los que nuestro día a día sería imposible. El microondas es un claro ejemplo de ello. En este tiempo de inmediatez imaginad necesitar quince minutos para preparar un vaso de leche caliente cuando en el micro nos cuesta apenas 30 segundos. ¿Y qué nos dicen del popcorn? Ante todo cabe precisar que nació por casualidad. En 1946 Percy Spencer de la empresa Raytheon Corporation llevaba en el bolsillo una barra de chocolate mientras realizaba investigaciones con un generador de ondas de alta frecuencia llamado magnetrón (hasta 60,000 Mhz) para usarlo como radar. Cuando fue a comerse la chocolatina se encontró con que éste estaba totalmente derretido. Spencer decidió repetir la experiencia con un huevo y unas palomitas de maíz obteniendo el mismo resultado. El huevo comenzó a vibrar debido al aumento de presión interna originada por el rápido incremento de la temperatura de su contenido. Poco después diseñó una caja metálica con una abertura. Dentro de la caja la energía no podía escapar y por lo tanto creaba un campo electromagnético que aumentaba la temperatura del alimento rápidamente. Acababa de nacer el horno microondas. Sin embargo, sus comienzos no fueron fáciles. El primer aparato (1947) era muy grande y necesitaba una instalación muy costosa, unos 5.000$ de la época. El modo de conseguir la energía era a través de unas tuberías de agua. Como podéis imaginar, sus ventas iníciales fueron un desastre, pero sus posteriores modificaciones lograron un aparato muy similar al que conocemos hoy. Spencer y sus técnicos lograron cambiar su funcionamiento por un mecanismo de aire, con lo que se ahorraron la instalación de tuberías y su gran tamaño. Poco a poco iban consiguiendo implantar su invento no solo en las casas, también en diferentes industrias como el secado de la madera. Los comerciantes tenían el problema de cómo podrían mantener calientes los alimentos hasta que se los comprasen, ya que si se descomponían sería una pérdida obviamente cuantiosa. Al aparecer el empleo del horno de microondas, pudieron mantener los productos congelados en el lugar donde se servían y luego los podían calentar rápidamente en el horno de microondas. Esto proporcionaba alimentos más frescos, con menos desperdicio y más ahorro. De inmediato los negocios de alimentos rápidos y restaurantes se dieron cuenta que el horno microondas resolvía más problemas de los que creaba. Al encontrarse con el mismo problema de mantener calientes los alimentos durante largos periodos, los propietarios de restaurantes comenzaron a apreciar el valor del microondas en sus operaciones. Actualmente pueden mantener en refrigeración sus alimentos y calentarlos a la orden de los clientes. Cuando la industria alimentaria comenzó a reconocer todo el potencial y versatilidad del nuevo invento, éste se aplicó a nuevos y variados usos. Las industrias comenzaron a emplear las microondas para secar rebanadas de patata, y tostar granos de café. Se podían descongelar, prensar y dar cocimiento final a las carnes. Aún el abrir ostras se facilitaba con el uso de las microondas. Otras industrias encontraron conveniente las diversas aplicaciones del calentamiento por microondas. Con el tiempo, se emplearon éstas para secar corcho, cerámica, papel, cuero, tabaco, fibras textiles, lápices, flores, libros húmedos y cabezas de cerillo. También se emplearon las microondas en el proceso de curado de materiales sintéticos como nylon, hule y uretano. 1 El microondas se transformó en una necesidad para el mercado comercial y las posibilidades parecían interminables. Los avances tecnológicos y el desarrollo posterior condujeron a un horno de microondas evolucionado y al alcance de la cocina del consumidor. Sin embargo, aparecieron muchos mitos acerca de las nuevas y misteriosas estufas electrónicas de «radar», de modo que se retrasó algo el florecimiento, aunque no mucho. En los años setenta más y más gente encontró que las ventajas de cocinar con microondas compensaban los riesgos probables y al parecer, nadie moría de «envenenamiento» por las radiaciones, ni quedaba ciego, estéril o impotente. Cuando se desvanecieron los temores, comenzó a filtrarse una creciente ola de aceptación en las cocinas de los EE.UU., contradiciendo mitos y convirtiendo la duda en demanda. Había empezado el auge. En el año 1975 supero en ventas a la estufa de gas. Para 1985 ya estaba en el 60% de los hogares estadounidenses. Actualmente, apenas hay cocinas que no cuenten con él. Y en el resto del mundo, la situación es similar ¿no os parece?

Autor: Arturo

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