FERRARI F512M: El último de su dinastía

Muchos se hacen la pregunta: ¿Cuál es el mejor de los Ferrari Testarossa? Como podéis imaginar, los entusiastas y coleccionistas se desviven por el primero, el más famoso y del que se produjeron más de 7.000 ejemplares, y el posterior 512 TR, pero la mayor madurez del proyecto llegó con el tercero y último de la dinastía, el F512M, del que se puede decir que mostró el máximo desarrollo del vehículo. Por cierto, es el único de la serie que no lleva el nombre de Testarossa (la ‘F’ era de Ferrari y la ‘M’ de modificado, como algunos deportivos del pasado), que recibió pequeños pero importantes cambios estéticos, así como numerosas evoluciones técnicas que siguen haciendo de él uno de los modelos más codiciados del Cavallino Rampante. Presentado en el salón de París en octubre de 1994 y definido como el Testarossa más evolucionado producido por Ferrari, el F512M fue también el último coche de Maranello en estar equipado con el bloque V12 de doble árbol de levas a 180°, introducido por primera vez en 1973, en el Ferrari 365 GT4/BB y llevado aquí a su máxima evolución. En comparación con la unidad del anterior 512 TR (1991-1994), el motor pasó a denominarse F113 G y mantuvo su cilindrada de 4.943 cm3 (82 mm de diámetro y 78 mm de carrera), pero trajo consigo pequeñas medidas de ahorro de peso. Entre ellas, un nuevo cigüeñal más ligero, bielas de aleación de titanio, pistones forjados y un nuevo sistema de escape de acero inoxidable. Gracias a estas modificaciones, el F512M pesaba 130 kilos menos que el 512 TR, de los cuales 60 fueron ahorrados solo por el motor, cuya relación de compresión aumentaba de 10:1 a 10,4:1 y permitió elevar la potencia de 428 a 440 CV a 6.750 rpm, la máxima alcanzada por el V12 ‘plano’ de Ferrari. De este modo, el coche era capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en solo 4,68 segundos (unas 15 décimas menos que el modelo anterior) y de alcanzar una velocidad máxima de 315 km/h, mientras que el sistema de frenado estaba finalmente equipado con ABS de serie. Si los cambios en la cadena cinemática eran apenas visibles pero sustanciales, los realizados en el diseño fueron mucho más llamativos y al principio no todos los entusiastas los apreciaban. El frontal presentaba una parrilla rediseñada y más redondeada y un nuevo carenado de faros expuestos con una cubierta de plexiglás, que sustituía a los tradicionales faros emergentes. En la parte trasera, la parrilla más corta daba paso a nuevos pares de faros circulares sin cubiertas, mientras que las llantas de aleación de 18 pulgadas presentaban un nuevo diseño helicoidal de cinco radios. La producción, que finalizó en 1996 para dar paso al 550 Maranello (que volvió al motor en posición delantera), hizo que el F512M pasara a la historia como el más raro y exclusivo de los modelos de la familia Testarossa. De allí el coste que tiene. Así, uno de los 500 ejemplares producidos tiene un precio medio de entre 150.000 y 200.000 euros, alrededor de un 30% más que un 512 TR e incluso el doble que un Testarossa de primera serie. Pero lo vale, y de ello no hay ninguna duda.

Autor: Arturo

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