MACINTOSH COLOR CLASSIC II (1993): Un icono por derecho propio

Hace cuarenta años, Apple lanzó la primera Macintosh. Desde aquel 24 de enero de 1984, Apple ha lanzado cientos de modelos de Mac que abarcan desde lo sorprendente hasta lo muy extraño. En honor a ese cumpleaños, pensamos que sería divertido repasar su historia y sacar a la luz uno de los modelos de producción de Mac más raros e inusuales jamás fabricados, como fue el Macintosh Color Classic II. También conocida como Performa 275 en algunos mercados, fue el primer Macintosh compacto en incorporar, en la placa lógica, un conector TS/TRS hembra de 3,5 milímetros para la conexión para micrófono externo. Identificarlo era sencillo, ya que llevaba el nombre Macintosh Classic II impreso en la carcasa frontal, en la parte inferior izquierda, junto al logotipo de Apple. El Macintosh Classic II, fue el último Macintosh compacto con monitor CRT en blanco y negro en disponer del puerto DB-19 para la conexión de una disquetera externa. A diferencia del Macintosh SE/30 que también monta el microprocesador Motorola CISC 68030 (MC68030), el bus de datos del Macintosh Classic II fue de 16 bits, mientras que en el Macintosh SE/30 el bus de datos era de 32 bits. Montando el mismo microprocesador que el Macintosh SE/30, es prácticamente un 30% más lento. Únicamente era ampliable a un máximo de 10 MB de RAM y no disponía de ranura PDS (“Processor Direct Slot”). Su configuración inicial era de 2 MB de RAM soldada en la placa lógica (4 chips de RAM de 512k), un dispositivo óptico de 3,5 pulgadas de 1,4 MB y un disco duro de 40 MB o 80 MB. La placa lógica cuenta con dos ranuras SIMM-30 para poder añadir dos módulos de memoria RAM y una ranura de 50 pines para la conexión de coprocesador FPU o ROM adicional. En cuanto a sus datos técnicos, el Macintosh Color Classic II venía con el System Software 6.0.8 y soportaba todas las versiones hasta el System Software 7.6.1. Junto con el Macintosh Classic II venía el teclado Apple Keyboard II conexión ADB a ambos lados, rediseño del teclado Apple Keyboard vendido para el Macintosh SE. La conexión ADB a ambos lados del teclado permitía conectar el ratón a la derecha o a la izquierda según las necesidades del usuario. Por cierto, el ratón vendido con el Macintosh Classic II, al igual que en todos los Macintosh SE y en el Macintosh Classic, era el Apple Desktop Bus Mouse. El Macintosh Classic II contaba además con un disco duro SCSI interno de 40 MB o 80 MB para cargar el sistema operativo. Aunque el diseño de su carcasa trasera cambio respecto a la del Macintosh Classic, se distinguian las mismas dos partes en el exterior del diseño del Macintosh Classic II, la carcasa frontal y la carcasa trasera. En la carcasa frontal se podía observar: El monitor CRT, en blanco y negro, con una resolución de 512 x 342 pixeles; La hendidura para introducir el disquete en el dispositivo óptico y el orificio para la expulsión manual del disquete; El logotipo de Apple “perfilado”, a la izquierda del frontal, junto a la impresión Macintosh Classic II. En la carcasa frontal del Macintosh Classic II desapareció la rueda del brillo del monitor, por lo que todos los ajustes para el monitor CRT pasarían a estar accesibles desde la carcasa trasera, la cual mostraba como característica de diseño su hendidura superior, a modo de asa, para poder transportarlo con facilidad; al igual que en todos los Macintosh compactos. En tanto, en el lateral izquierdo de la carcasa trasera del Macintosh Classic II desapareció el botón de programación Interrupt/Reset, que dejo de ser una pieza independiente que se colocaba externamente en el lateral de la carcasa trasera para convertirse en una pieza “acoplada” interiormente a la carcasa trasera. Y a diferencia de los Macintosh SE, el altavoz interno volvía a estar acoplado en la placa analógica. En su página Color Classic II, Low End Mac escribió: «Esto es lo que debería haber sido la Color Classic». A pesar de ser uno de los pináculos de la serie Mac compacta (junto con, digamos, la Mac SE/30), la Color Classic II es muy rara hoy en día porque solo se vendió en cantidades limitadas en Canadá, Europa, Asia y Australia; Curiosamente nunca fue lanzada en EE.UU. Por ello, si te encuentras con una con su caja original, estás ante un hallazgo realmente raro… y valioso.

FERRARI F512M: El último de su dinastía

Muchos se hacen la pregunta: ¿Cuál es el mejor de los Ferrari Testarossa? Como podéis imaginar, los entusiastas y coleccionistas se desviven por el primero, el más famoso y del que se produjeron más de 7.000 ejemplares, y el posterior 512 TR, pero la mayor madurez del proyecto llegó con el tercero y último de la dinastía, el F512M, del que se puede decir que mostró el máximo desarrollo del vehículo. Por cierto, es el único de la serie que no lleva el nombre de Testarossa (la ‘F’ era de Ferrari y la ‘M’ de modificado, como algunos deportivos del pasado), que recibió pequeños pero importantes cambios estéticos, así como numerosas evoluciones técnicas que siguen haciendo de él uno de los modelos más codiciados del Cavallino Rampante. Presentado en el salón de París en octubre de 1994 y definido como el Testarossa más evolucionado producido por Ferrari, el F512M fue también el último coche de Maranello en estar equipado con el bloque V12 de doble árbol de levas a 180°, introducido por primera vez en 1973, en el Ferrari 365 GT4/BB y llevado aquí a su máxima evolución. En comparación con la unidad del anterior 512 TR (1991-1994), el motor pasó a denominarse F113 G y mantuvo su cilindrada de 4.943 cm3 (82 mm de diámetro y 78 mm de carrera), pero trajo consigo pequeñas medidas de ahorro de peso. Entre ellas, un nuevo cigüeñal más ligero, bielas de aleación de titanio, pistones forjados y un nuevo sistema de escape de acero inoxidable. Gracias a estas modificaciones, el F512M pesaba 130 kilos menos que el 512 TR, de los cuales 60 fueron ahorrados solo por el motor, cuya relación de compresión aumentaba de 10:1 a 10,4:1 y permitió elevar la potencia de 428 a 440 CV a 6.750 rpm, la máxima alcanzada por el V12 ‘plano’ de Ferrari. De este modo, el coche era capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en solo 4,68 segundos (unas 15 décimas menos que el modelo anterior) y de alcanzar una velocidad máxima de 315 km/h, mientras que el sistema de frenado estaba finalmente equipado con ABS de serie. Si los cambios en la cadena cinemática eran apenas visibles pero sustanciales, los realizados en el diseño fueron mucho más llamativos y al principio no todos los entusiastas los apreciaban. El frontal presentaba una parrilla rediseñada y más redondeada y un nuevo carenado de faros expuestos con una cubierta de plexiglás, que sustituía a los tradicionales faros emergentes. En la parte trasera, la parrilla más corta daba paso a nuevos pares de faros circulares sin cubiertas, mientras que las llantas de aleación de 18 pulgadas presentaban un nuevo diseño helicoidal de cinco radios. La producción, que finalizó en 1996 para dar paso al 550 Maranello (que volvió al motor en posición delantera), hizo que el F512M pasara a la historia como el más raro y exclusivo de los modelos de la familia Testarossa. De allí el coste que tiene. Así, uno de los 500 ejemplares producidos tiene un precio medio de entre 150.000 y 200.000 euros, alrededor de un 30% más que un 512 TR e incluso el doble que un Testarossa de primera serie. Pero lo vale, y de ello no hay ninguna duda.

THE 400 MINI ATARI: Recreando el pasado

Da igual que en el 2023 Atari diera a conocer dos nuevas consolas, el primer titán del videojuego está determinado a seguir estrujando la pasión por la nostalgia y el videojuego retro, y bien que hace: con motivo del CES 2024 se ha presentado el The 400 Mini, una mini sobremesa con un diseño deliciosamente clásico, prestaciones actuales y que cabe en la palma de tu mano. Su precio: 199,99 euros. Descaradamente inspirada en el ordenador Atari 400 de 1979, cuyo nombre hace referencia a sus 4K de RAM, The 400 Mini es una versión reducida, pero capaz de reproducir los juegos originales, los de la Atari 800 (de 8K de RAM) y sus modelos posteriores XL y XE. Y ahí no acaba la cosa: es compatible con los cartuchos de la mítica 5200. ¿No tienes ningún juego a mano? Sin problema: esta maquinita trae 25 títulos clásicos preinstalados en memoria. La iniciativa de resucitar la Atari 400 viene por parte de Retro Games, quienes continúan la iniciativa de relanzar ordenadores en formato de mini-sobremesas como The C64 Mini (basada en la Commodore 64), The VIC20 y la A500 Mini (Amiga 500). Siendo la última pieza de la colección. Y, salvo sorpresa de última hora, como todas las anteriores contamos con que el teclado de The 400 Mini será un adorno. De hecho, y a diferencia de la Atari 2600+, no se trata de una revisión del modelo de ordenador original lanzado con 45 años de margen, sino de una mini-sobremesa en todos los aspectos posibles: como la SNES Classic y otras máquinas, junto con una réplica del THECXSTICK, el mando original que se conecta vía USB, se incluyen prestaciones de rebobinado de hasta 30 segundos y hasta un sistema de guardado. Nada mal. Ahora bien, no necesitarás comprar una tele de tubo para jugar: la imagen de las consolas se ha adaptado a las pantallas modernas, ofreciendo una resolución a 720p a 50 o 60Hz, según la propia Retro Games. Pero lo más curioso es que se ha diseñado para que sea un sistema mucho más abierto que otras mini-consolas. De entrada, porque en sus cinco USBs (incluyendo cuatro entradas frontales) podremos conectar cualquier joystick, mando, teclado o stick USB que ya tengamos. Pero es que, además, a través de su sistema de emulación podremos cargar aquellos juegos que ya tengamos de manera sencilla. Además de los que ya vienen incluidos en memoria, claro. Ahora bien, si somos de los que quieren la experiencia más retro y auténtica, o simplemente quieren el legendario JoyStick con licencia de Atari, Retro Games aprovecha para relanzar por separado el THECXSTICK. La mejor manera de darle uso a los cuatro USB frontales en partidas a cuatro jugadores. Con las cartas sobre la mesa, una cuestión de paso obligado: ¿cuándo podremos jugar o añadirla a nuestra colección de consolas retro? Plaion ha fijado el lanzamiento para el 28 de marzo del 2024. Y eso está prácticamente a la vuelta de la esquina. Aunque, según la web oficial, los JoySticks de Atari adicionales de Retro Games se podrán adquirir al día siguiente. ¿Con qué juegos acompañarán la mini-consola? De momento se han confirmado casi la mitad. Aunque a juzgar por la fecha de lanzamiento no tardaremos en tener el listado completo. Entre ellos podemos citar: Berzerk; Boulder Dash; Capture the Flag; Lee; Millipede; Miner 2049er; Missile Command; M.U.L.E; Star Raiders II; Yoomp! No está de más tener en cuenta que, junto con los juegos preinstalados, la caja de The 400 Mini trae, además de la propia sobremesa, un joystick THECXSTICK que se conecta vía USB, un cable HDMI, un cable USB (sin adaptador de corriente) y una guía rápida de uso. ¿Necesidad o capricho? Bueno, al final todo depende de dos factores: del apego que le tengamos a la propia Atari 400 como máquina y del hueco que tengamos para conectar un sistema más a nuestra tele. Sobra decir que si tenemos juegos de la época, le sacaremos más partido. Y aunque se trata de una verdad incómoda, como pieza de colección junto con otras mini consolas retro también tiene su propio gancho y encanto. En cualquier caso, y viendo la trayectoria de Atari, no nos atrevemos a decir que The 400 Mini será su última consola del 2024. Y dado el calado de su legado, bien que hace al revitalizarlo.

DUKEBOX BY LG LABS: Un altavoz retro y futurista que combina el sonido de tubo de vacío con una pantalla OLED transparente

Por lo visto, LG ha decidido adelantarse al CES de las Vegas 2024 y acaba de mostrar uno de sus productos que se podrán conocer de primera mano durante la feria de tecnología que se celebra en la ciudad estadounidense, donde su exposición estará centrada en diseños experimentales e «innovadores». La Dukebox by LG Labs o Dukebox a secas, es un altavoz inteligente cuyo diseño combina elementos retro con la última tecnología. Este diseño innovador ha hecho parte de haber creado un altavoz que emplea tanto tubos de vacío como una pantalla OLED transparente que los protege y permite al usuario interactuar con la interfaz de la Dukebox. Según la marca, es un equipo que combina sensibilidades anticuadas con tecnologías de vanguardia, buscando reinventar la profundidad de la experiencia de audio y video con una máquina de discos modernizada. Puede que solo los melómanos puedan sean capaces de apreciar las ventajas de los tubos de vacío. En líneas generales, esta tecnología analógica ofrece una mayor ganancia y distorsión armónica más baja junto a una frecuencia más lineal con mayor capacidad de headroom por lo que son capaces de manejar señales de entrada más fuertes sin distorsionar. Esto forma parte de un sistema de sonido que utiliza altavoces frontales colocados en la parte inferior del Dukebox de LG y que puede emitir sonido en 360 grados en la parte superior, brindando una experiencia inmersiva al oyente. LG no ha dado más detalles acerca de la potencia de estos altavoces, aunque se espera que a lo largo del CES desvele la tecnología integrada en este dispositivo. La pantalla OLED transparente puede configurarse, permitiendo aumentar o disminuir su opacidad para crear un efecto visual cautivador. Esto lo que hace el efecto de transparencia sea personalizable, dando mucho más juego a este dispositivo. Pese a que pueda parecer un simple altavoz para música, LG ha indicado que se podrá utilizar para absolutamente todo. Según LG, el Dukebox podrá funcionar con televisores como altavoz principal y se puede aprovechar para ver contenido en alta calidad, como películas, o para crear efectos como tener una chimenea donde el tubo de vacío se vislumbra entre las llamas parpadeantes. Se espera también que tenga conectividad inalámbrica, aunque teniendo en cuenta el sistema de sonido lo recomendable será que todo esté conectado físicamente para así disfrutar al máximo la calidad de sonido y sin que existan interferencias.


LOS REYES MAGOS: Misterio y encanto sin igual

Como cada año, la noche del 5 al 6 de enero, Sus Majestades los Reyes de Oriente – Melchor, Gaspar y Baltasar – reparten desde sus lujosas carrozas regalos a los niños buenos. Pero, ¿De quienes se trataba? ¿De dónde provenían? ¿Eran solo tres o había muchos más? ¿Existieron en realidad? ¿Qué significan sus famosos presentes ‘oro, incienso y mirra’? Como sabéis, los tres Reyes Magos son un símbolo de la Navidad y la cultura infantil, ya que según la tradición este trío de personajes visita los hogares de los niños que han sido buenos para obsequiarles regalos. Esta entrañable festividad tiene su origen en la Biblia: en la tradición cristiana, los Reyes Magos eran los nobles peregrinos procedentes ‘de Oriente’ que siguieron una estrella guía milagrosa hasta Belén, donde rindieron homenaje al Niño Jesús como rey de los judíos (Mateo 2: 1- 12). En el evangelio se describe a los Reyes Magos como hombres sabios que siguieron el rastro de una enigmática estrella, aunque no está claro si la Estrella de Belén se refiere a un fenómeno astronómico real, o es simplemente una figura literaria. Algunos historiadores y científicos han argumentado que el nacimiento de Jesús pudo coincidir con algún evento, como una conjunción planetaria, como la acontecida en diciembre de 2020 entre Júpiter y Saturno. Otros han apuntado incluso que pudo coincidir con el paso del cometa Halley. Pero asociar estos acontecimientos al nacimiento de Jesús es problemático, no solo porque la propia fecha de su nacimiento es incierta (puede variar en un margen de seis años), sino también porque estos eventos son relativamente frecuentes a lo largo de los siglos. Tradicionalmente, se representa a los Reyes Magos con aspecto de monarcas al estilo persa, pero no hay nada en las escrituras sagradas que los identifique como miembros de la realeza, sino tan solo sabios, tal vez nobles. Otras leyendas, en cambio, los identifican como hombres entregados al estudio de la astronomía. En cualquier caso, se relata en el evangelio según Mateo que su búsqueda llamó la atención del infame rey Herodes – un títere idumeo colocado en el trono por los romanos y por ello odiado por los judíos – que ya tenía conocimiento del hecho a través de sacerdotes y escribas, pero que extrajo de los Magos la fecha exacta en que apareció la estrella que anunciaba el nacimiento como confirmación de la profecía bíblica. Luego hipócritamente los envió a ver al niño Jesús, pidiéndoles que revelaran a su regreso su ubicación exacta “para ir también a adorarle”. Es así como, desconociendo sus criminales intenciones, los Magos continuaron hasta Belén guiados por la estrella, donde encontraron y adoraron a Jesús, ofreciéndole regalos (incienso, oro y mirra). El oro se relaciona con el poder; el incienso, utilizado habitualmente como ofrenda a los dioses, serviría para reconocer el lado divino de Jesús. Por último, la mirra se trata de un producto de color ambarino rojizo que se obtiene de la resina del Commiphora myrrha, un árbol que crece en el noreste de África y Arabia, que exuda esta sustancia de forma natural. La mirra, por su parte, no parece tener un significado concreto. Si bien tenían la intención de regresar a Jerusalén para comunicarle la noticia a Herodes, un ángel les advirtió en sueños que no lo hicieran, retornando por otro camino a casa y desapareciendo así de la historia. Desde entonces, la tradición milenaria de estos tres personajes perdura hasta el día de hoy. Resulta curioso que los conocidos como ‘Reyes Magos’ inicialmente no eran considerados así. En la Biblia solo se les describe como ‘magos’ (del griego magós, que también significa ‘hombre sabio’), y en ningún momento se les describe como ‘reyes’. No obstante, las tradiciones posteriores embellecieron la narrativa. Fue en el siglo III cuando se comenzó a considerarles como reyes, probablemente interpretando la profecía del Salmo 72:11 (“Caigan todos los reyes ante él”). Sus supuestas reliquias fueron trasladadas de Constantinopla posiblemente a finales del siglo V, posteriormente a Milán durante el saqueo de la ciudad por los cruzados y de allí a la Catedral de Colonia (Alemania) en el siglo XII, donde actualmente se encuentran. En cuanto a sus nombres, aproximadamente en el siglo VIII, estos aparecen en una crónica conocida como Excerpta latina barbari donde son llamados Bithisarea, Melichior y Gathaspa. Se los conoce más comúnmente como Balthasar, Melchor y Gaspar. Según la tradición de la Iglesia occidental, Balthasar a menudo se representa como un rey de Arabia o Etiopía; Melchor, como un rey de Persia; y Gaspar, como un rey de Babilonia. La tradición teológica cristiana siempre ha enfatizado que los gentiles vinieron a adorar a Jesús, un evento celebrado en la Iglesia oriental en Navidad debido a que utilizan el calendario juliano – que tiene un retraso de varios días con relación al calendario gregoriano que usamos nosotros, por lo que en Occidente se celebra en la Epifanía (6 de enero). Si bien la tradición oriental afirma que el número de magos es 12, la tradición occidental establece su número en tres, probablemente basado en los tres regalos de «oro, incienso y mirra» (Mateo 2:11) presentados al niño Jesús. Fue en el siglo V, cuando el papa León I estableció oficialmente su número en tres para toda la cristiandad. Como podéis imaginar, la adoración de los Reyes Magos al niño Jesús, se convirtió en uno de los temas más populares en el arte cristiano. En la Edad Media, la Adoración de los Magos a menudo se asociaba con otros dos acontecimientos importantes de la vida de Jesús: su bautismo, durante el cual la voz de Dios declaró públicamente que Jesús era su hijo, y las bodas de Caná, en las que reveló su identidad divina cambiando el agua en vino. Los tres eventos, comúnmente celebrados en un mismo día festivo, se representaban con frecuencia juntos en las esculturas monumentales que decoraban las iglesias de la época. Han pasado varios siglos y el encuentro con el Niño Jesús es recordado con alegría por los cristianos, quienes celebramos jubilosos ese magno acontecimiento… ¡Feliz Día de Reyes!