THE OMEN (1976): La llegada del Anticristo

Estrenada en 1976, The Omen (La profecía) de Richard Donner tiene el mérito de formar parte del tridente de títulos que hicieron furor en lo que al subgénero satánico se refiere. Porque junto a ‘El Bebe de Rosemary’ y ‘El Exorcista’, la película protagonizada por Gregory Peck sirve para poner de manifiesto que, desde finales de los años sesenta y durante la década de los setenta, el satanismo caló hondo en la cultura popular estadounidense, traspasó fronteras y consiguió que los tres ejemplos citados se convirtiesen en los éxitos que aún son a día de hoy. El film nos presenta la llegada del Anticristo a la Tierra en el seno de una familia acomodada, porque se dice que el demonio habita en las altas esferas, bajo el apacible rostro de un niño de cinco años llamado Damien Thorn (Harvey Stephens) quien lleva la marca del Diablo (666) grabada en la cabeza. Sucede que cuando Robert Thorn (Peck) le oculto a su mujer Katherine (Lee Remick) que su bebé ha nacido muerto, cambiándolo por un niño huérfano, no imaginaba que ese fue el comienzo de una pesadilla inimaginable. En efecto, mientras la familia vive en Inglaterra, ya que Robert había sido nombrado embajador de los EE.UU. allí, son testigos de varios eventos misteriosos. La niñera de Damien es visitada por un rottweiler y tras esto se suicida ahorcándose en su quinto cumpleaños, dedicándolo como un regalo al niño. Tras esto es contratada una nueva niñera, la Sra. Baylock (Billie Whitelaw), quien llega con un perro (el mismo rottweiler que viera la joven antes de morir). El padre Brennan (Patrick Troughton), quien conoce el origen de Damien, le dice a Robert que su esposa está embarazada advirtiéndole que Damien intentará matar a su hermano. Sin embargo no es tomado en serio por Robert. Posteriormente el sacerdote huye y muere al ser atravesado por un pararrayos. Entretanto, Katherine le informa a Robert que está embarazada, pero sufre un aborto espontáneo tras caer desde un balcón por culpa de Damien. Tras la muerte del padre Brennan, el fotógrafo Keith Jennings (David Warner), quien estuvo presente en el cumpleaños, comienza a investigar a Damien cuando descubre unas marcas en las fotografías de las personas fallecidas recientemente. Las marcas asemejan la forma en que cada uno murió, una marca en el cuello de la niñera y otra atravesando el cuerpo del sacerdote. Para su incomodidad, descubre que cuando se fotografía a sí mismo aparece con una marca similar en su cuello, por lo que se pone en contacto con Robert. Keith se dedica a investigar sobre la base de lo que dijo Brennan antes de morir y descubre una profecía sobre el nacimiento del anticristo, la cual se puede interpretar como que será el hijo de un dignatario poderoso, como Robert y que crecerá para convertirse en un líder mundial de gran influencia. Robert se muestra incrédulo ante semejante tesis, pero decide investigar el origen de su hijo y junto a Keith viaja para recoger antecedentes del nacimiento de Damien. Ambos llegan al hospital de Roma donde nació, pero descubren que los archivos de maternidad y guardería fueron destruidos en un incendio. Robert y Keith visitan al padre Spiletto tras enterarse de que ahora vive en un monasterio, este se encuentra mudo y con la mitad de su cuerpo quemado ya que sobrevivió al incendio; aun así logra darse a entender y revela el lugar donde fueron enterrados la madre de Damien y el hijo de Robert por lo que ambos hombres viajan al cementerio. Al exhumar la tumba del niño descubren los huesos de su legítimo hijo con señales de haber sido asesinado intencionalmente y en la tumba de la madre descubren el esqueleto de un chacal hembra. Las pistas reunidas los llevan a creer que Damien es el Anticristo. Mientras Robert está de viaje, Katherine se recupera en el hospital de sus heridas. Sin embargo, muere arrojada desde una ventana cayendo sobre una ambulancia por mano de la Sra. Baylock, quien en realidad siempre ha sido una seguidora del demonio enviada a proteger al niño. Robert viaja con Keith a Israel para hablar con Bugenhagen, un arqueólogo que sabe cómo detener al Anticristo. Bugenhagen les informa que Damien será el Anticristo si tiene una marca de nacimiento que se asemeja a tres seis. Posteriormente Robert descubre que la única forma de matar a Damien es llevarlo a tierra consagrada y apuñalarlo con las siete dagas de Megido. A pesar de todo rehúsa asesinarlo ya que va contra su naturaleza matar a un niño y no es capaz de condenarlo por actos que no lleva a cabo todavía, por lo que se deshace de las dagas. Esto provoca una discusión con Keith quien decide recogerlas y ser quien asesine a Damien antes que también lo mate a él. Sin embargo, mientras las recupera, una lámina de vidrio cae desde un camión y lo decapita. Horrorizado por las muertes de Keith y Katherine, Robert recupera las dagas y viaja a Inglaterra decidido a salir de dudas antes de tomar una decisión, por ello revisa la cabeza de Damien y descubre bajo su cabello la marca de la bestia. La Sra. Baylock intenta matar a Robert, pero este la apuñala en el cuello con un tenedor. Robert abandona su casa con Damien para matarlo en tierra santa, mientras es perseguido por un grupo de seguridad. Cuando está a punto de asesinar a Damien en una iglesia, Robert recibe un disparo y muere. Tras esto, Damien es colocado bajo el cuidado del presidente de EE.UU., quien era amigo de Robert. Mientras está en el funeral de Robert y Katherine, Damien mira a la cámara y sonríe. Con un guion original escrito por David Seltzer, el film hizo ganar el Oscar a la Mejor Banda Sonora a Jerry Goldsmith (nominado también por la composición del tema ‘Ave Satani’) y contó con un presupuesto aproximado de 2,8 millones de dólares, los cuales multiplicaron sus beneficios al recaudar más de 60 en taquilla. Posteriormente tuvo tres secuelas, con las que formo una especie de tetralogía, y al pasar tres décadas se produjo una nueva versión, estrenada el 6 de junio del 2006, aunque me quedo con el original. ¿Y quien no?

ANALOGUE 3D: Una Nintendo 64 para los tiempos modernos

No cabe duda que Analogue está centrando su atención en una máquina retro completamente nueva. En efecto, Analogue 3D pretende ser la Nintendo 64 definitiva y reproducir cartuchos originales en pantallas 4K modernas. Me encantaría mostrárselo, pero solo disponemos de una imagen de referencia y algunas especificaciones clave que se dieron a conocer. Analogue 3D es la última de una línea de consolas de la empresa que emulan hardware retro. Todas las máquinas de Analogue utilizan matrices de puertas programables en campo (FPGA) que están codificadas para imitar el hardware original. En lugar de reproducir archivos ROM como la mayoría de los emuladores de software, las consolas analógicas reproducen medios originales (en este caso, carros N64) sin las desventajas que suele traer la emulación de software, como un mayor retraso de entrada o imperfecciones visuales. Analogue comenzó con recreaciones boutique de Neo Geo y NES hardware, antes de dirigirse a una audiencia más informal con sistemas que imitaban el NES y Génesis. Su lanzamiento más llamativo hasta la fecha es el Bolsillo, que emula una variedad de dispositivos portátiles. También está el Analogue Duo similar a TurboGrafx, que fue anunciado en el 2020 y, luego de algunos retrasos, aparentemente sera presentado este año. Puede parecer un grupo dispar de consolas, pero hay una cosa que las une: todas son bastante primitivas. Si ha existido por un tiempo, recordará que se hace referencia a las consolas como de 8 bits, 16 bits, 32 bits, etc. Gran parte de eso fue marketing, pero el hardware de los sistemas de 8 bits es, en términos generales, menos complejo de recrear que el de los sistemas de 16 bits, y así sucesivamente. Como la primera verdadera consola de “64 bits” del mercado, la N64 es, con diferencia, el sistema más complejo que Analogue haya abordado hasta la fecha. Su CPU de 64 bits a 93,75 MHz era una locura para una consola de 200 dólares, incluso si la mayoría de los desarrolladores todavía escribían código de 32 bits para ella, y su “coprocesador de realidad” Silicon Graphics era material de leyenda (extremadamente nerd) en el patio de recreo. Analogue 3D se describe como una “reinvención” de la consola de Nintendo, y la compañía promete 100 por ciento de compatibilidad con carritos de todas las regiones. Producirá una resolución de 4K con modos de visualización originales que apuntan a “recreaciones de calidad de referencia” de CRT y PVM específicos. Para traducir, eso significa que Analogue está construyendo filtros que podrían, por ejemplo, hacer que una pantalla OLED o LCD moderna se parezca más a un televisor Sony Trinitron de mediados de los 90. Dejando a un lado las partes internas, el N64 tiene una pequeña biblioteca de juegos y un error de controlador, pero hay algunos clásicos allí. Del lado del primer partido, La leyenda de Zelda: Ocarina of Time y máscara de Majora. Ambos han resistido décadas de escrutinio, y Mario 64 dejando de lado algunos problemas de cámara, es tan divertido de jugar en el 2023 como lo fue en 1996. Luego está Mario Kart 64, F-cero X, Zorro estrella 64, Super Smash Bros. y muchos otros. Una cosa que muy pocas personas recuerdan con cariño es el controlador de tres paletas del N64, que en ese momento se sentía bien, pero no lo era. El Analogue 3D tendrá cuatro puertos de controlador, al igual que el N64 original, pero afortunadamente también admite Bluetooth y conectividad inalámbrica 2.4G. En cuanto a su coste y disponibilidad, aun no tenemos noticia de ello. La propia Analogue anuncio que aún no tiene una fecha de salida exacta pero que “ saldrá en algún momento del 2024. Tampoco se conoce su precio. Como mucho, podemos apuntarnos a su newsletter para estar al día con respecto a cualquier novedad de la marca.


BMW R 12 NINET: La moto retro que revolucionará el segmento

Cien años no son pocos y BMW Motorrad los acaba de cumplir. La celebración, como era de esperar, se personificó en una edición especial. ¿El modelo elegido? La clásica R Ninet, la moto con mayor reminiscencia de las primeras máquinas de la marca. Si bien la R Ninet que se lanzó en el 2013 se caracterizó por su estilo purista y clásico, la marca se las ingenió para llevar esos conceptos aún más altos en la R 12 Ninet. Las líneas siguen la dinámica de la moto presentada hace 10 años. Concuerda bien con la descripción de BMW: “Se mantiene fiel, pero nunca se detiene. Esta moto demuestra cómo puede ser una evolución bien lograda”. En términos visuales, se destaca su guardabarros delantero rediseñado junto con el faro principal, ahora con luces led y guía de luz en negro, además de los dos guiños redondos en el estilo tradicional. También incorpora un grupo óptico trasero de led integrado en el asiento, que facilita la realización de un colín corto. Con respecto al chasis, hay que decir que si bien es igual al de la primera generación, las formas son distintas. El tanque de nafta luce menos voluminoso y algo más plano. De este modo, el modelo adoptó un diseño más recto y dinámico. Uno de los rasgos con mayor identidad de este modelo es la configuración de su motor bóxer 1.200 cc. Se trata de un propulsor refrigerado por aire y aceite, que se caracteriza por su entrega de potencia (109 CV) y particular sonido de su doble escape. En tanto, la potencia de frenado corre a cargo de un juego de pinzas mono bloque de cuatro pistones, mientras que las ruedas están asistidas por unas horquillas telescópicas invertidas en la parte delantera y el sistema BMW Paralever en la parte trasera. Finalmente, en cuanto a su coste y disponibilidad, el BMW R 12 Ninet llegará a comienzos del 2024, aunque de momento se desconoce el precio. BMW confirmó además se ofrecerán una gran cantidad de opciones de personalización.


GIRARD-PERREGAUX CASQUETTE 2.0: Reinterpretando un mítico reloj con diseño retro-futurista

Moda y accesorios, dos conceptos que podríamos decir que pertenecen al mismo mundo, aunque cada uno ha ocupado su espacio de forma individual. Si echamos la vista atrás, las colaboraciones entre ambos universos no tenían lugar y si hablamos de casas de alta costura y relojes exclusivos, era imposible pensar que esa unión se iba a hacer realidad. Si pensamos en alta costura, elegancia y París, hay muchas marcas que se nos vienen a la cabeza, pero si añadimos a ese hombre que redefinió la elegancia a través del traje de chaqueta femenino, sabemos que hablamos de Saint Laurent. Si lo combinamos con Suiza, siglo XIX y manufactura de relojería, pocas opciones hay, pero si mencionamos Tourbillon Sous Trois Ponts d’Or (Tourbillon de tres puentes de oro), sabemos que hablamos de Girard-Perregaux, una de las manufacturas de relojes más antigua del mundo. Ahora , estos dos mundos se han unido, exclusividad sumada a exclusividad, para llevar a cabo un nuevo reloj, una reedición de un clásico, el reloj Casquette 2.0. Por cierto, este modelo no es nada nuevo, debido a que por 1976, cuando la relojería era un poco más clásica, Girard-Perregaux diseñó el reloj Casquette, una pieza de la que solo se crearon 8200 ejemplares con una pantalla tubular, una novedad para la época. Es evidente que no es un reloj de carácter convencional, pero su historia desempeña un papel muy importante en el canon de la casa. En su día, Girard-Perregaux fue pionera en el campo de la tecnología digital y fue en el año 1971, causó sensación con el Calibre GP-350, un movimiento de cuarzo que estableció el estándar universal del mercado en cuanto a frecuencia, lo cual es obviamente una gran hazaña. Su pantalla tubular LED desafiaba los convencionalismos de la época, en términos de estética, para que tuviera un diseño mucho más futurista. El Girard-Perregaux Casquette 2.0 es una implementación del clásico sobre el que se presume que es mucho más eficiente. Es curioso pensar en una tecnología LED de cuarzo, renovada e implementada, porque parece un concepto de los 70, pero esa es la belleza clásica y honesta del Casquette, que su alma y aspecto es vintage y así será, hasta que la casa lo decida. Esta nueva versión ha sido ligeramente redefinida por una casa de moda, cosa que no es habitual porque, de normal, existen licencias para que un reloj lleve el nombre de la marca. Esta colaboración presenta esta nueva versión limitada del 2.0 la que ha sido retocada por el Director Creativo de Saint Laurent, Anthony Vaccarello, para la línea Saint Laurent Rive Droite, una línea de objetos que se venden exclusivamente en dos tiendas situadas en París y Los Ángeles. Es un juego de palabras con el concepto original de Rive Gauche de Yves Saint Laurent, que se lanzó en 1966 como una rebelde novedad, hasta dar una lección a las casas de moda que el creador consideraba estiradas. La misión de Yves Saint Laurent era ampliar su oferta y democratizar la moda con una línea prêt-à-porter de prendas producidas en serie. El material del reloj es cerámica negra y titanio de grado 5 tratado con PVD negro, con la firma de Saint Laurent en el fondo de la caja. Además, el accesorio es hipoalergénico y liviano, dándole al reloj un peso de apenas 107 gramos, lo que también contribuye a la comodidad del usuario. Indica las horas, los minutos, los segundos, el día y la fecha, el mes, el año, un cronógrafo, un segundo huso horario y una fecha secreta. Todo un hito en el pequeño mundo de la exclusividad, con solo unas cuantas piezas a la venta, perfecto para coleccionistas. El Girard-Perregaux Casquette 2.0 ya está disponible online -una edición limitada a 1.000 ejemplares – en los establecimientos Saint Laurent Rive Droite de París y Los Ángeles, así como en línea a través del sitio oficial de Saint Laurent Rive Droite por 6.700 dólares.

LOGAN´S RUN: Fuga en el siglo XIII

En el futuro, la superpoblación ya no es un problema. Luego de 20 años de vida disoluta y dedicada al disfrute del placer personal, todas las personas mueren al cumplir 21. Sin cuestionamientos, aceptan someterse al proceso de eutanasia programada que administra el Estado. Con esta premisa, los escritores William F. Nolan y George Clayton Johnson crearon Logan’s Run (Fuga en el siglo XXIII), un clásico de la ciencia-ficción distópica que Hollywood reconvirtió en altavoz generacional del activismo contracultural de los ‘70. Participó de las protestas juveniles contra la Guerra de Vietnam, el consumismo capitalista y las corporaciones de mercado, pero sucumbió ante un ilógico sistema de grilla televisiva. Geometría versus aritmética: Para el economista británico Thomas Malthus (1766-1834), esa dicotomía explicaba la cuestión demográfica. A grandes rasgos, en su libro Ensayo sobre el principio de la población (1798), argumentó que la cantidad de habitantes crece de manera exponencial, mientras los alimentos aumentan por progresión lineal. Motivo por el cual los medios de subsistencia nunca alcanzarán para cubrir las necesidades de las personas. Por ende, al ser humano le corresponde mitigar sus costumbres reproductivas si quiere encontrar un civilizado punto de equilibrio. “Siempre me atrajo el concepto de ‘purga’ programada para evitar la catástrofe -contó el escritor William F. Nolan, prolífico autor de cómics, literatura y guiones televisivos-. La idea me vino durante una charla que estaba dando a principios de los ‘60 en la Universidad de California, pero de no ser por el empujón de mi amigo Ray, nunca se hubiera convertido en libro”. El amigo Ray no es otro que Ray Bradbury, parte del grupete de fanáticos y profesionales de la ficción especulativa que también incluía a Richard Matheson y Robert Bloch, autores de Soy leyenda y Psicosis, respectivamente. Envalentonado por el impulso, Nolan llamó a su amigo George Clayton Johnson y entre los dos dieron forma a la distopía futurista que los haría famosos. En el año 2000, la superpoblación trajo el apocalipsis a la Tierra. Para el 2116, las computadoras gobernaban el planeta y los humanos sobrevivientes habían aceptado el imperio de una ley férrea: durante sus primeros veinte años de vida, todas las personas tenían derecho a una existencia hedonista e indulgente. Pero al cumplir los 21, aceptaban someterse al proceso de eutanasia social que permitiría mantener el número poblacional bajo estricto control. “No todos los jóvenes estaban de acuerdo con esa política -explicó Johnson-. Existía un grupo de rebeldes que permanentemente intentaban escapar hacia el Santuario, mítica colonia espacial cercana a Marte en donde se podía vivir hasta envejecer”. A una de estas fugitivas, la siempre disconforme Jessica, va a perseguirla el implacable Logan, uno de los más eficientes efectivos policiales dedicados a exterminar a todos los díscolos. Durante la peripecia, Logan aprenderá a cuestionar el sistema que daba por cierto, terminando por enfrentar el punitivismo dictatorial que él representaba y que las máquinas habían camuflado bajo infinitas capas de discurso legalista, responsable y aparentemente humanitario. Cuando Logan’s Run se publicó en los Estados Unidos en 1967, casi de inmediato, la comunidad hippie se sintió reflejada en la prédica contestataria que proponía la novela, elevándola al rango de clásico contemporáneo del nicho fantacientífico. Saul David era devoto de la ciencia-ficción. Siempre lo había sido. Desde su niñez, como lector precoz, hasta su edad adulta, ya convertido en analista de manuscritos para la popular editora norteamericana Bantam Books, donde pudo trabajar con Issac Asimov, Philip K. Dick y Ray Bradbury, entre otros popes del género. De los libros saltó a la producción cinematográfica, pasando por Columbia, Warner y 20th Century Fox, antes de recalar en los ‘70 en la Metro Goldwyn Mayer. De su cabeza habían salido varios éxitos internacionales, como la saga del émulo bondiano Flint, peligro supremo; y la imaginativa Viaje fantástico, recordada principalmente por las curvas de Raquel Welch en su traje de neoprene blanco. Con estos pergaminos, nadie le dijo que no cuando, en 1974, propuso filmar Logan´s Run. “Conocía la novela desde que se publicó -afirmó David en su autobiografía The Industry- y sabía que MGM tenía los derechos desde 1969. Hubo varios intentos por filmarla, pero ninguno se concretó. Yo sabía lo que tenía que hacer para llegar a buen puerto”. Lo primero fue contactar a Nolan y a Johnson para proponerles un par de cambios. Algunos formales, como trasladar la trama al lejano futuro del 2274, subir la edad límite a 30 años e incorporar símbolos místicos como el ankh del antiguo Egipto. El resto, apuntaban un poco más profundo. La sociedad debía ser post-apocalíptica, con la ciudadanía encerrada en unos domos urbanos que le evitaba el contacto con el exterior, mientras la iconografía citadina replicaba estética y dinámica de un shopping center. Lo más importante, el Santuario pasaría a ser un lugar metafísico antes que físico, un ideal a alcanzar que quedaría representado en la Tierra por un espacio agreste y selvático, enclavado en lo que alguna vez supo ser la ciudad de Washington, más específicamente el recinto del Senado de la Nación. “Veníamos de Vietnam, que en la práctica resultó un ensayo gubernamental de eutanasia generacional. Nos pareció que era necesario reflejar ese momento político preciso, donde la libertad y el contacto con la naturaleza permitiera leer, de alguna manera, el poder del activismo antibélico, anticonsumista y anticorporativo que enarbolaba la contracultura juvenil”, aseveró Nolan. De esta manera, Logan’s Run llegó a los cines norteamericanos el 23 de junio de 1976. Dirigida por Michael Anderson, la película estuvo protagonizada por Michael York (Logan) y Jenny Agutter (Jessica), acompañados por Richard Jordan (Francis, el policía que persigue a la pareja protagónica) y Peter Ustinov como el único humano de edad avanzada. En un papel muy pequeño, Farrah Fawcett-Majors lucía los rulos y la sonrisa que la catapultarían al estrellato y a Los Ángeles de Charlie. Entre las críticas al individualismo narcisista y el conformismo social diseñado en laboratorio, el film también abrió puertas para discutir la libertad sexual, el empoderamiento de la mujer y la identidad de género. “Cuestiones que aparecieron de casualidad, sin que nos diéramos cuenta -se sinceró David-. Y que demuestran el verdadero alcance de la ciencia-ficción”. Logan’s Run fue un éxito de taquilla y salvó a MGM de la bancarrota. La crítica le cayó bastante duro, pero el público juvenil la hizo propia. El merchandising se disparó, Marvel se quedó con la licencia para producir la adaptación al cómic; y Nolan escribió una secuela en forma de novela pero con los ojos puestos en la gran pantalla. “Logan’s World estaba muy bien, pero llevaba la historia para lugares que a la película no le servían, como la paternidad de Logan y Jessica. Además, MGM quería hacer una serie de TV y no otro film”, afirmó David. Luego de una ardua discusión entre las partes, el productor y Nolan escribieron el capítulo piloto del nuevo programa, estableciendo el origen de la hecatombe primaria en una guerra nuclear. Refritando escenas y decorados de la película, la serie bajó el tono de violencia explícita y alusiones sexuales, centrando la trama en la fuga de Logan y Jessica por el mundo exterior, siendo perseguidos de cerca por Francis. Cada semana, los protagonistas encontraban nuevos peligros, otras civilizaciones y continuaban su marcha ligera hacia el inexistente Santuario. “No estaba de acuerdo con el rumbo que tomaba la franquicia -expresó David-. Las formas eran reconocibles, pero los contenidos habían resignado profundidad. Expuse mis diferencias y la MGM tomó su decisión. Me despidió”. La producción cayó en manos de Ivan Goff y Ben Roberts, que venían de crear y realizar Los Ángeles de Charlie. Suya fue la idea de sumar una tercera figura a la pareja principal de fugitivos: Rem, un androide que funcionaría como referente a mitad de camino entre el respiro cómico y la sentencia moralizante. Además, la ciudad dejaría de estar dominada por una computadora para pasar a ser gobernada por un consejo de ancianos que ocultaba su edad a los jóvenes que sometía a la eutanasia programada. Como York y Agutter se negaron a retomar sus personajes, el elenco quedó conformado por Gregory Harrison (Logan), Heather Menzies (Jessica), Donald Moffat (Rem) y Randy Powell (Francis). Con un costo altísimo por episodio, Logan’s Run debutó en la pantalla de CBS el 16 de septiembre de 1977. El rating no acompañó, al menos no de la manera que esperaban el estudio y la cadena televisiva. “Yo lo viví todo desde afuera -recordó David-. Las reescrituras permanentes de los guiones, los recortes presupuestarios, los alocados cambios de día y horario de emisión. Se perdió el rumbo y era lógico que pasara lo que pasó”. Luego de deambular por la grilla, dilapidando encendido con cada movimiento, la serie quedó compitiendo frente a frente con La familia Ingalls. Sin compasión, los colonos liderados por Michael Landon arrasaron con la aventura futurista, hundiéndola en las mediciones y anticipando su salida del aire. El 6 de febrero de 1978, luego de emitir tan sólo 14 episodios, CBS levantó el programa sin ninguna consideración, dejando los tres últimos capítulos de la temporada, ya terminados, sin estrenar. Con el paso del tiempo y las reposiciones, la serie de TV logró construir un público fiel de seguidores, que la elevaron al estatus de culto. Para ese nutrido grupo de fanáticos, Nolan continuó desarrollando la saga en forma literaria: Logan’s Search (1980) y Logan’s Return (2001), incursionando en el concepto de Multiverso para visitar realidades paralelas del siglo XXIII. En el 2010, firmó dos nuevas novelas, Logan’s Journey y Logan’s Fall, en co-autoría con Paul McComas y Jason V. Brock, respectivamente, aunque ambas se mantienen todavía inéditas. Desde mediados de los ‘90, de manera recurrente, cada vez que se anunciaba la esperada (y nunca concretada) remake cinematográfica de Logan’s Run, Nolan terminaba hablando de los tres capítulos no emitidos de la serie de TV. “Soy el único que pudo ver esos episodios. Los tengo en casa, pero no se los pienso mostrar a nadie, nunca”, sentenció enojado. Y cumplió. Tras su fallecimiento el 15 de julio del 2021, nunca nadie encontró ese material fílmico.