ANALOGUE POCKET: ¿La portátil retro definitiva?

Se trata de una portátil lanzada por Analogue en el 2021, y muy codiciada entre los círculos de entusiastas de lo retro por sus enormes listas de espera a la hora de reservar y comprar. Destaca por su compatibilidad total con el catálogo de Game Boy, Game Boy Color y Game Boy Advance y sus posibilidades como herramienta de creación de música y kit de desarrollo de videojuegos. Ya la tenemos en nuestras manos, y os comentamos qué nos ha parecido con todo lujo de detalles. Como sabéis, tras el éxito de otros productos previos como Nt Mini o Super Nt, ahora le toca a un clon de Game Boy usando FPGA. Su principal característica es una compatibilidad total de serie con los cartuchos de Game Boy, Game Boy Color y Game Boy Advance. Además, usando adaptadores (a la venta por separado), Analogue Pocket también es compatible con otros sistemas de juego tan emblemáticos como TurboGrafx-16, PC Engine, SuperGrafx, Neo Geo Pocket Color, Atari Lynx y Game Gear. Casi nada. Analogue Pocket está disponible en dos modelos: blanco y negro. Nosotros adquirimos uno negro cuyo acabado mate tiene un tacto y un aspecto bastante premium. Eso sí, su diseño a lo Game Boy/Game Boy Color puede traer de cabeza a más de uno, especialmente si tenemos las manos demasiado grandes, ya que en sesiones de juego prolongadas su ergonomía cansa bastante. Esta videoconsola portátil permite ejecutar cores y juegos de un gran número de sistemas retro de 8 y 16 bits (NES, Super Nintendo, Master System, Mega Drive…), aunque no es algo que esté habilitado de serie. Basta con conectar una tarjeta microSD y buscar un poco por internet para ver a qué nos referimos. Analogue se lava las manos para evitar problemas legales aduciendo que ellos no proporcionan ni las ROMs (juegos) ni la BIOS (el «cerebro» de la consola a emular), siendo esto algo que queda a expensas de cada usuario. La pantalla de Pocket es una LCD de 3,5 pulgadas y una resolución de 1600×1440 píxeles. Los juegos se ven de lujo con los arreglos por defecto, a lo que hay que sumar diferentes ajustes de brillo de la máquina en sí y distintas opciones visuales aplicables según el juego o core a ejecutar, incluyendo filtros de reescalado o diferentes paletas de colores o una simulación bastante fiel de las diferentes pantallas de los distintos modelos de Game Boy. En otras palabras: remasteriza los juegos y permite un gran grado de personalización a este respecto. La función de sacar capturas de pantalla (solo imagen, no vídeo) también es un añadido interesante. Donde realmente se disfruta más Analogue Pocket es usando su Dock, a la venta por separado. Aquí, la experiencia de juego y concepto es similar al de Nintendo Switch; podemos continuar nuestras partidas sin problemas tanto en la consola propiamente dicha como en un monitor o televisor grandes a 1080p 60 FPS. A este respecto, a quienes se dediquen a la creación de contenido o simplemente quieran capturar gameplay o emitir en directo partidas de sus juegos favoritos de Game Boy les facilita mucho la vida. Olvidad la necesidad de usar adaptadores o modificar la consola original; el Dock ya cuenta con salida HDMI. Y por supuesto, también funciona como estación de carga. Y es precisamente este último caso de uso de Analogue Pocket donde más partido le podemos sacar. Con el Dock podemos jugar con prácticamente cualquier pad actual, incluyendo los mandos de PlayStation 4 o Xbox One, ya sea vía Bluetooth o mediante cable. De este modo, algunos juegos y géneros muy incómodos de jugar en portátil como los de lucha se convierten en una auténtica delicia. La experiencia de juego y rendimiento es muy superior a la del combo de Game Boy Player y GameCube. Además, y como curiosidad, Analogue Pocket lee información no visible mediante métodos convencionales en el encabezado virtual de cada juego físico que le introducimos. Esto cumple el plus indirecto de herramienta de verificación que permite saber si un videojuego es original o no. Algo sumamente útil ante el auge de lo retro, con distintas aplicaciones de compraventa echando humo. Por último, pero no por ello menos importante: Analogue Pocket permite usar savestates incluso en cartuchos originales. Es decir, guardar y cargar partidas donde queramos, aunque no es compatible en todos los sistemas de juego. Esta función tiene como extra indirecto el hecho de poder guardar partida en nuestros cartuchos con la pila gastada. Seamos honestos, algunos ya no queremos estar perdiendo el tiempo teniendo que repetir ciertas secciones en los juegos. Cargando y guardando partida donde queramos diremos adiós a todo eso. Lo mejor de la emulación y el encanto del hardware original se dan la mano con esta función. Obviamente, también está el eterno debate sobre si es mejor emular juegos o si las FPGA son un acercamiento más fidedigno al comportamiento del hardware original. Seremos claros desde el primer momento: FPGA es emulación. Estas son las siglas de field-programmable gate array (matriz de puertas lógicas programables), un conjunto de circuitos reprogramable en base a lo que necesitemos que haga. En el caso de Analogue Pocket, técnicamente estamos hablando de emulación vía hardware gracias a su arquitectura interna basada en FPGA. El reducido input lag, la principal ventaja que hay con respecto a la emulación vía software realmente tiene más que ver con el hecho de que Pocket de Analogue es una máquina dedicada, sin un sistema operativo y mil procesos detrás que añaden latencia. Latencia que a la hora de la verdad es inapreciable. En otras palabras: lo que hace Analogue Pocket en el tema juegos es permitir ser reprogramada «al vuelo» para que cada juego funcione de forma lo más fiel posible a como si estuviésemos jugando en hardware original. Dos de las características adicionales del Analogue Pocket que la diferencian de otros productos como Evercade son el hecho de que también funciona como kit de desarrollo de juegos de Game Boy y como herramienta de creación musical. Asimismo es compatible con GB Studio, una herramienta de desarrollo intuitiva y visual; esto permite que los desarrolladores de títulos que usen esta plataforma puedan utilizar Pocket como kit de desarrollo. Podemos usar la ranura de tarjeta microSD de la consola para probar juegos homebrew que hayamos desarrollado nosotros mismos o los de otros usuarios (lo cual ahorra el tener que adquirir por separado utilidades como flash carts), y también permite compilar los proyectos para generar archivos .pocket. Incluye además de la serie nanoloop, un secuenciador/sintetizador que permite componer música chiptune. La máquina de Analogue también es compatible con cables MIDI (a la venta por separado) que permiten conectarla con PC y demás hardware de música que nos permitirá sacarle el máximo partido a esta aplicación musical. En conclusión, Analogue Pocket está bien como sistema de juego retro especialmente porque nos da la posibilidad de reutilizar juegos antiguos que tengamos en nuestra ludoteca. Su precio (219,99$) es hasta barato para lo que ofrece teniendo en cuenta el encarecimiento reciente de alternativas como MiSTer FPGA. Eso sí, si queremos sacarle el máximo partido posible, toca pasar por caja de nuevo para adquirir varios accesorios como un cristal templado para la pantalla, el Dock o los adaptadores de cartuchos de otros sistemas como Game Gear, Neo Geo Pocket Color o Atari Lynx. Donde realmente destaca es usándola en conjunto con el Dock, especialmente si nos dedicamos a la creación de contenido. Se trata de una de las mejores formas posibles – y no oficiales – de poder aprovechar cartuchos de diversas máquinas portátiles como Game Boy o Game Gear y así poder capturar gameplay o emitir en directo. Emulación vía hardware precisa, con la posibilidad de usar juegos en formato físico que ya tengamos y muchos tipos diferentes de mandos. Su principal pero es la falta de distribuidor en Europa, por lo que toca importar directamente desde los EE.UU. (con el correspondiente pago del impuesto de aduanas). La crisis de los semiconductores también afecta a Analogue Pocket: esta máquina se fabrica en muy bajas cantidades y solo para cubrir la demanda, lo cual redunda en unos tiempos de espera muy largos desde que se reserva hasta que la tengamos en nuestro poder. Para que os hagáis una idea: quien escribió estas líneas compró/reservó en diciembre del 2021 y le llegó en diciembre del 2022. Un año, que se dice pronto.

CASIO G-SHOCK PURE GOLD G-D5000-9JR: El reloj indestructible

Desde su lanzamiento en 1983, los relojes G-Shock de Casio han sido apreciados en todo el mundo por su dureza y resistencia incluso cuando se caen. Ibe Kikuo, es el responsable de la creación del G-Shock, quien lo convirtió en un éxito con un total de ventas de más de 130 millones de unidades, enfrentándose a varias dificultades durante su desarrollo, por lo que la historia que hay detrás de su explosiva popularidad vale la pena contarla ¿No os parece?: En 1981, cinco años luego de incorporarse a Casio Computer, Ibe Kikuo presentó una propuesta con solo diez palabras. Fue entonces cuando chocó con alguien y su reloj se cayó, rompiendo el cristal y desparramando las agujas y la tapa trasera. “Me quedé perplejo ante el hecho obvio de que ¡los relojes pueden romperse!, pero al mismo tiempo, presenté la propuesta con el único impulso de que si existe un reloj que no se rompe, seguro que hay alguien que se alegrará de tenerlo” expresó. De esta manera, una propuesta de una sola frase, sin planes estructurales, diseños experimentales ni público objetivo, dio lugar al nacimiento del G-Shock. “Cuando se me ocurre una idea, la pongo en práctica inmediatamente. No tenía ninguna idea concreta, pero jamás imaginé que se convertiría en un reloj con seguidores en todo el mundo”, recordó. Ibe lo diseñó teniendo en mente a cinco obreros que trabajaban cerca del Centro Técnico de Hamura. En aquella época, los golpes y las vibraciones en el uso de palas, martillos y taladros de roca eran el peor enemigo del reloj. Ninguno de los trabajadores de la obra llevaba reloj. Mientras pensaba en su desarrollo, se dijo a sí mismo: “Seguro que a los obreros les preocupa saber cuándo es la hora de comer y de regresar a casa. Voy a crear un reloj que se pueda utilizar también en la obra. Seguro que habrá un nicho de mercado para esto”. En el curso de sus experimentos, se fijó un objetivo concreto. El equipo de desarrollo lo bautizó como “Project Team Tough” para conseguir “El Triple 10”: una resistencia capaz de soportar una caída desde una altura de 10 metros, una impermeabilidad de hasta 10 bares (100 metros de profundidad) y una duración de la batería de 10 años. Al no disponer de equipos de laboratorio, se repitió la prueba utilizando un método primitivo que consistía en dejarlo caer desde la ventana del aseo de la segunda planta del edificio de la empresa. Aunque el corazón del reloj estaba recubierto de goma o uretano, se rompía. Y reforzar una parte podría provocar defectos en otras. En un año aproximadamente, el número de prototipos diseñados había superado el centenar. Ibe, que estaba a punto de abandonar el desarrollo, tomó la decisión de presentar su dimisión a la semana siguiente y se puso a trabajar en vacaciones en su oficina para poner en orden sus asuntos. Para cambiar de aires, se dirigió al parque situado junto al centro técnico, donde los niños jugaban alegremente con una pelota. Mientras los observaba, le vino la imagen del módulo flotando en una bola. En lugar de intentar hacerlo resistente, pensó que sería mejor hacerlo menos susceptible a los golpes. Así es como se le ocurrió la estructura hueca, en la que el módulo se apoya en cada punto de la caja, haciendo que parezca flotar en el aire. Esta es la clave de la resistencia a los golpes de los G-Shocks actuales. Tras dos años de desarrollo luchando con la reducción de tamaño y más de 200 prototipos, el primer modelo de G-Shock, el DW-5000C-1, se lanzó en 1983. Durante un tiempo, las ventas fueron lentas. “En aquel entonces, los relojes de vestir delgados estaban en la cúspide de su popularidad, y no pensamos que un G-Shock voluminoso pudiera a ser popular. En aquella época, muchas relojerías ganaban dinero con la reparación de relojes, y eran reacias a vender relojes que no se rompían” aseveró. Sin embargo, la popularidad del que G-Shock hoy goza no se inició en Japón, sino en los EE.UU. En efecto, en un controvertido anuncio de televisión, el G-Shock se presentaba como un disco de hockey sobre hielo que podía ser golpeado con un palo y seguir manteniendo la hora exacta en el guante del portero que lo cogiera. Cuando un programa de noticias nacional lo probó, el G-Shock resultó ser irrompible. Todas las dudas se despejaron, y la resistencia del G-Shock fue reconocida al instante y las ventas aumentaron. Pero Ibe pensó que sería un fenómeno temporal. “Tras el lanzamiento de G-Shock, me encargué de los relojes de alta calidad y bajo precio para el mundo en desarrollo”, dice. “En aquella época, la fuerza de la marca Casio era tan débil que nuestros clientes nos decían que nuestros productos no se venderían si costaban más de 4.000 yenes. Cuando nos enteramos de que los G-Shocks de más de 10.000 yenes iban bien en EE.UU., no podíamos imaginar un boom mundial”. En la década de 1990, cuando se lanzó el G-Shock de diseño redondo y más robusto, fue adoptado por la moda callejera estadounidense, que usaba tallas grandes. La resistencia del G-Shock también fue un gran éxito entre los skaters, para quienes las caídas eran un hecho, y los surfistas, para quienes la impermeabilidad era una necesidad. Al mismo tiempo, la moda de la calle comenzó a despegar en Japón, y el boom del G-Shock estaba finalmente en marcha también en el país. Así, luego de unos diez años de desarrollo, el duro trabajo finalmente dio sus frutos, pero Ibe dice que no tuvo tiempo para alegrarse. “Hubo un gran auge en las ventas”, dice, “y los minoristas pedían a gritos que nos diéramos prisa en hacer los envíos. En la empresa cundió el pánico para ajustar las líneas de producción y adquirir piezas. La escasez era tal que tuvimos que ordenar a nuestros empleados que no compraran G-Shocks. Fue una época agitada” añade. Mientras el boom del G-Shock continuaba, Ibe se centraba en “aumentar el valor de la marca Casio”. Luego de haber tenido problemas para vender relojes de bajo precio, y de haber experimentado casi una década de escasas ventas de G-Shocks con precios entre 10.000 y 20.000 yenes, éste era un reto que abordaría durante el resto de su vida como desarrollador. El primer paso fue lanzar un proyecto para desarrollar un G-Shock totalmente metálico (MR-G). El concepto consistía en animar a los jóvenes a seguir utilizando los relojes G-Shock incluso luego de haber encontrado trabajo, pero también era un reto para la gama media de precios de unos 40.000 yenes. El cambio de un exterior de plástico a uno de metal supuso un reto para la construcción resistente a los golpes, pero el reloj se lanzó con éxito en 1996. También ha demostrado sus habilidades además de G-Shock. En el 2004, la empresa lanzó el OCEANUS OCW-S1000, el reloj solar por radiocontrol más fino del mundo en ese momento. Esta era otra carcasa metálica técnicamente difícil, y se vendía por 60.000 yenes, un rango superior. Desde el 2008, Ibe ha intervenido en eventos de aficionados llamados “SHOCK THE WORLD” en todo el mundo, compartiendo su historia de desarrollo. Ibe confiesa que tuvo que aprender el idioma local para hacer presentaciones: “para aumentar el poder de la marca, tenemos que contar bien la historia de nuestros productos. He hablado en más de 30 países, pero no se me dan bien los idiomas. Los fans de G-Shock saben que los presento en el idioma local, así que no puedo dejar de hacerlo ahora. El mensaje principal que quiero transmitir a lo largo de la historia del desarrollo es ‘Nunca, nunca, nunca te rindas’. Espero que al desafiarme a hablar el idioma local pueda transmitirlo mejor” preciso. El G-Shock, con la estructura resistente a los golpes desarrollada por Ibe en su núcleo, ha evolucionado tanto funcionalmente como en términos de diseño, impulsando el valor de la marca Casio. Hoy en día, cada vez hay más modelos en la gama media y alta de precios, y muchos de los mejores de la serie MR-G superan los 300.000 yenes. Precisamente para su 35.º aniversario, la empresa lanzó un G-Shock de oro puro, el G-D5000-9JR que se agotó inmediatamente en las 35 unidades a pesar de su elevado precio de 7,7 millones de yenes (que vendrían siendo cerca de 60.000 dólares ). “Ha pasado de ser un simple reloj a ser una pieza que puedes llevar para expresarte. Me preocupaba que, con la llegada de los teléfonos móviles y los smartphones, los relojes dejaran de venderse, pero G-Shock tiene tantos seguidores que ya no me preocupa en absoluto” En realidad, las ventas de la década del 2010 han superado las del boom de los 90. De hecho, algunos analistas creen que la difusión de los teléfonos inteligentes ha facilitado el seguimiento de la hora a personas que nunca habían llevado un reloj, y que esto ha hecho que aumente el número de personas que quieren llevar un reloj con un diseño que les guste. Algunos dicen que si no se rompe, no es bueno para el negocio, pero Ibe afirma que “La resistencia de los relojes es lo que los hace dignos de confianza, y las personas que se convierten en fans poseen más de uno para poder combinarlos con su vestuario y estados de ánimo”. Ibe también se ha comprometido a formar a la próxima generación de desarrolladores, por ejemplo, impartiendo clases de invención en las escuelas primarias. Es difícil crear algo nuevo en una época en la que hay tantas cosas por ahí, dice, pero tiene algunas palabras de ánimo para sus colegas más jóvenes: “Los ingenieros actuales son buenos, pero creo que son demasiado serios. Hay que ser más atrevido. Cuando incorporamos las técnicas tradicionales del edokiriko (un tipo de vidrio facetado de Edo), makie (laca dorada o plateada) y el teñido con índigo para diseñar el OCEANUS, nos sorprendió una y otra vez que Japón tuviera esas técnicas. Si desenterramos las técnicas de la artesanía tradicional y las combinamos con la tecnología más avanzada, podremos crear infinidad de cosas nuevas. Estoy deseando ver esa flexibilidad de pensamiento y acción”. Su sueño es que los relojes G-Shock se vendan en las relojerías del espacio en el 2035. “El entorno es mucho más duro que en la Tierra, así que tenemos que mejorar la resistencia de nuestros relojes”, dice Ibe. Cuando su sueño se haga realidad, Ibe tendrá 83 años. Como desarrollador, también es robusto e imperturbable en su búsqueda.

AUN SEGUIMOS ESPERANDO: Así imaginaban el 2023 hace un siglo y esto es lo que acertaron

Hace un siglo, las fantasías sobre el año 2023 eran en su mayoría descabelladas e ingenuas. Los futurólogos llegaron a imaginar mujeres calvas con dientes negros, la telepatía como principal modo de comunicación y una jornada laboral de cuatro horas, entre otras locuras, como puede verse en las publicaciones de aquella época, como Popular Science y Popular Mechanics, entre otros Al respecto,Paul Fairie, un investigador de la Universidad de Calgary, en Alberta (Canadá), se ha hecho viral en Twitter tras recopilar recortes de periódico datados del 1923 en los que salen varios ‘expertos’ haciendo sus predicciones para el futuro, dentro de 100 años. A continuación, algunas de ellas. 1-Jornada laboral de cuatro horas: En 1923, algo tan normal como una jornada laboral de ocho horas se consideraba un logro nada desdeñable y bastante progresista. Este horario de trabajo no se hizo realidad en Estados Unidos hasta 1937, cuando se propuso por primera vez la Ley de Normas Laborales Justas. Sin embargo, un experto predijo que en 2023 la jornada laboral sería de «no más de cuatro horas al día, gracias al trabajo de la electricidad»; 2.- Una prometedora esperanza de vida: Según las predicciones de 1923, actualmente los humanos deberían tener una vida media de 100 años. En casos aislados podría aumentar a 150 o 200. Incluso hubo algunos que fueron más allá y se atrevieron a decir que serían 300 años. Históricamente, la esperanza de vida ha aumentado año tras año gracias a los nuevos avances médicos y a una mayor calidad de vida, pero recientemente los investigadores han observado que esta ha descendido por primera vez en décadas. De acuerdo con un informe del Centro Nacional de Estadísticas Sanitarias de EE.UU., la esperanza de vida al nacer disminuyó casi un año de 2020 al 2021. «Ese descenso –de 77,0 a 76,1 años– llevó la esperanza de vida al nacer en Estados Unidos a su nivel más bajo desde 1996», indicó; 3- Las mujeres serán calvas: Según un antropólogo de los años veinte, los hombres y las mujeres de hoy deberían tener un aspecto muy diferente. En cuanto al pelo, se vaticinaba que los «rizos para hombres» estuvieran de moda, mientras que las mujeres se afeitaran la cabeza y se pintaran «los dientes de negro». En ese sentido, otro experto creía que los concursos de belleza desaparecerían en nuestra época. Decía que simplemente desaparecerán por falta de uso, porque «todas las personas serán hermosas», y será sencillamente imposible elegir al más atractivo. Por lo visto, el tipo era feo y buscaba consolarse de esa manera; 4.- La radio sustituirá la gasolina: Glen Curtis, autoridad en aeronáutica, afirmó que la radio sustituiría al combustible en el 2023 y que los aviones viajarían por rutas «bien definidas» por ondas de radio. Por desgracia, los autos voladores propulsados por ondas de radio aún no han llegado a la vida real, aunque se han diseñado algunos prototipos de vehículos que funcionan con radiofrecuencias; 5.- Los periódicos serán cosa del pasado: Algunos llegaron a predecir que en 2023 los periódicos habrían desaparecido 50 años antes, y la gente sólo escucharía las noticias. Algo que, en parte, puede ser verdad. En la década de 1920, la radio se convirtió en una nueva forma de escuchar las noticias y otros acontecimientos importantes, pero los medios impresos, como los periódicos, siguieron siendo la fuente de información dominante para la mayoría de personas. Sin embargo, a medida que avanzaba la tecnología, más gente se iba alejando de los periódicos hasta decantarse por opciones más actuales para mantenerse informado; 6.- Guerra inalámbrica y telepatía intrauterina: Hace un siglo, el profesor A.M. Low predijo que nuestro mundo sería inalámbrico. Supuso que la información se transmitiría a través de agua atomizada cargada de electricidad y, en consecuencia, empezaría «la guerra del 2023», que también se convertiría en «una guerra inalámbrica». Además, el profesor afirmó que los ciudadanos del 2023 tendrían la capacidad de comunicarse con «telepatía» incluso siendo embriones en el útero, lo que calificó de «método de comunicación muy útil»; 7.- La aparición del ‘smartwatch’: Esta última predicción para 2023 podría ser la más inquietante y acertada hasta la fecha. Describe un mundo en el que la mayoría de las mercancías se encargan en «películas parlantes» desde China y se entregan en grandes «cargueros a 1.000 millas por hora», que entregan tu pedido antes de la puesta de sol. La predicción también supone que todo el mundo se mantendrá en comunicación a través de «radioteléfonos del tamaño de un reloj» que pueden conectarte con cualquier persona en la Tierra. Y mejor no decimos nada que por aquella época afirmaban seriamente que las ciudades en el futuro “serían construidas en la Luna, Venus (?) y Marte”, que nuestra lista seria interminable. Si bien es cierto que pasado un siglo de anunciados, la mayoría de esas predicciones aun no se han hecho realidad, pero hay que reconocer por lo menos que imaginación no les faltaba ¿No os parece?

JBL SPINNER BT: Lo retro se impone otra vez

JBL puede ser más conocido por sus parlantes, pero la marca propiedad de Samsung se está diversificando hacia los tocadiscos con su nuevo modelo presentado en el CES 2023 realizado en el Centro de Convenciones de las Vegas: el JBL Spinner BT, una pletina de vinilo compatible con Bluetooth y aptX HD. Esto significa que puede transmitir audio casi sin pérdidas de forma inalámbrica a un altavoz, amplificador o sistema Bluetooth. También dispone de una salida analógica con una etapa de fono de imán móvil conmutable, por lo que también se puede conectar a sistemas de audio tradicionales. Lo mejor de todo es que sigue siendo compatible con los discos de vinilo, por lo que puedes reproducir tus viejos títulos y escucharlos con una calidad inigualable. El JBL Spinner BT se suministra con plato y tóner de aluminio, y un zócalo negro de MDF. Incluye una cubierta antipolvo con bisagras. El plato giratorio accionado por correa es capaz de girar discos a 33 1/3 y 45 rpm, mientras que el tóner lleva un cartucho magnético de Audio Technica. «Gracias a la tecnología Bluetooth 5.2, el giradiscos ofrece a los oyentes una conexión inalámbrica instantánea con sus colecciones de discos, lo que les permite disfrutar de sus álbumes de la forma que deseen sin perder el sonido característico del vinilo», afirma Jim Garrett, director sénior de estrategia de producto de Harman. «Y, con su salida analógica y su preamplificador de fono integrado, el JBL Spinner BT se adapta igualmente a los puristas que prefieren una conexión con cable» aseveró. En cuanto a su coste y disponibilidad, el JBL Spinner BT estará a la venta en el tercer trimestre del 2023 y tendrá un precio estimado de 375 libras (425 euros o 399 dólares).


AUTO-AVIO COSTRUZIONI 815: El primer Ferrari de la historia

He aquí uno de esos incomprendidos que tanto gustan a muchos. Os presento al primer Ferrari, caído de la historia por no llevar tan augusto nombre. En efecto, el Auto-Avio Costruzioni 815 de 1940 fue el primer automóvil diseñado y fabricado por Il Commendatore, por mucho que no luzca el nombre. Antes de ello, como probablemente sabréis, solo se dedicaba a modificar celestialmente Alfa-Romeos para su Scuderia Ferrari. Cierto es que pasó brevemente de nuevo por la marca del Portello en 1938 para ocuparse de la nueva división deportiva oficial Alfa Corse. Sin embargo, ya no soportaba acatar órdenes. Por ello pronto se marchó a las malas de Milán y con el compromiso de no utilizar empresarialmente su nombre en cuatro años. Fue entonces cuando en los talleres de Módena fundó la protoferrari, Auto-Avio Costruzioni. El 815, único modelo que produjo para ganar las Mil Millas del año 40, sería pilotado por un entonces debutante Alberto Ascari. En aquella primavera del infierno Italia permanecía todavía, por poco tiempo, neutral en la II Guerra Mundial. Gracias a ello se siguieron disputando algunas pruebas importantes como la Targa Florio o el GP de Trípoli. A Enzo Ferrari se le metió en la cabeza que debía hacer algo grande para el I Gran Premio de Brescia, en realidad la XIV edición de las Mil Millas. Para aquellos que no la conozcáis, dicha competición fue celebrada entre 1927 y 1957. En ella se batían los mejores turismos de la época a través de las carreteras que conectaban diversas ciudades emblemáticas del norte y centro de Italia. El circuito era de aproximadamente 1600 kilómetros. Decididamente, entonces, Enzo se puso manos a la obra junto con Enrico Nardi, procedente de Lancia y posteriormente creador de los famosos volantes que llevan su nombre; y Alberto Massimino, más tarde involucrado en el diseño del sacrosanto monoplaza Maserati 250 F. En apenas seis meses montaron dos unidades del nuevo Auto-Avio Costruzioni 815, lo cual es ejemplificador de las prisas que solía darse Il Commendatore. En cuanto a su motor, en realidad eran dos Fiat 1100 508 C Balilla unidos. La clase en la que querían pelear era la de 1.5 litros por lo que hubieron de reducir la cilindrada. Con 72 CV a 5500 rpm y apenas 625 Kg de peso, el primer Ferrari se plantaba en unos 170 Km/h. La ligereza de su carrocería Touring Superleggera en aluminio ayudaba bastante a ello. Sin embargo, y quizá por fuerza, a los Auto-Avio no les fue muy bien en la mítica carrera italiana. Al equipo Ascari-Minozzi, en cabeza durante la primera vuelta, se le rompió entonces un balancín y hubo de abandonar. Respecto al Rangoni-Nardi, aguantaron bien hasta la penúltima, momento en que su motor dijo adiós. Habiendo recorrido casi 1600 kilómetros, no está mal. El I Gran Premio de Brescia, (XIV Mil Millas), fue ganado por la hasta hacía muy poco deportivamente inexistente BMW. El 328 dos litros del binomio von Hanstein-Baumer se adjudicó la victoria a una media de 166 Km/h, estableciendo asimismo el record de vuelta a 172. Enzo Ferrari conseguiría este objetivo que se le escapó y otros muchos más hacia la leyenda a partir de la constitución de Ferrari S.p.A en 1947. Entre 1948 y 1953 siempre fue una berlinetta o una barchetta de Maranello la que cruzó en primera posición la meta de la carrera bresciana. Sea como fuere, muchos consideran que el primer automóvil construido por Il Commendatore fue el 125 ’47. No es así: El Auto-Avio Costruzioni 815 de 1940 fue el fruto integral primerizo de su particular genio creador cimentado en la astucia y la experiencia. Afortunadamente aun existe, restaurado en un museo italiano, mudo testigo de una época.