AJEDREZ: Un milenario juego de estrategia

El ajedrez es un juego entre dos personas, cada una de las cuales dispone de 16 piezas móviles que se colocan sobre un tablero dividido en 64 casillas alternadas en colores blanco y negro. Las 16 fichas con que parte cada jugador al comenzar el juego se dividen en un rey, una dama, dos alfiles, dos caballos, dos torres y ocho peones. Se trata de un juego de estrategia en el que el objetivo es «derrocar» al rey del oponente. Para lograrlo se ha de amenazar la casilla que ocupa el rey contrario con alguna de las piezas propias y controlar asimismo cualquiera de las posibles casillas a las que pudiera escapar el rey enemigo. Cabe precisar que no se trata de un juego de azar, sino un juego racional a lo largo del cual cada jugador decidirá el movimiento de sus piezas en su respectivo turno. Su desarrollo es tan complejo que ni siquiera los mejores jugadores (ni los más potentes ordenadores) pueden llegar a considerar todas las posibles combinaciones. Y es que, aunque el juego sólo pueda desarrollarse en un tablero con 64 casillas y 32 piezas iniciales, el número de diferentes partidas que pueden jugarse supera al número de átomos que forman el universo. El ajedrez es tan antiguo como la propia civilización. Prueba de ello son las excavaciones arqueológicas efectuadas en Mesopotamia donde se han encontrado objetos que demostraban que el ajedrez -o un juego similar- existía por lo menos 4000 años antes de Cristo. La leyenda sitúa su nacimiento en la India. Su inventor sería un brahmán llamado Sissa Ben Dahir quien concibió el juego para distracción y ocio de su rey. De otro lado, una de las legendarias historias medievales sobre los orígenes del ajedrez aseguraba que su inventor había sido Palamedes, combatiente en la Guerra de Troya. De hecho, un estudioso llamado Souterus lo reconoció como posible creador del juego. Y es que la fuerte influencia que los clásicos griegos ejercieron durante la Edad Media, gracias a trovadores y juglares que transmitían leyendas e historias por medio de la canción y la palabra, colocaron como inventores de diversos problemas ajedrecísticos a personajes como Aristóteles, Platón o Arquímedes. Parece ser que desde la más remota antigüedad, en zonas de China y del lejano oriente se desarrolló un juego muy parecido al ajedrez. Asimismo, durante milenios se han practicado muy diversos juegos que comparten similitudes con él. Juegos en los que intervenían dados, fichas y tablero. Juegos como el denominado “petteia” de los griegos o el “latrunculi” de los romanos. Ambos también se jugaban sobre un tablero dividido en casillas. Asimismo, en Bizancio los griegos jugaban a un juego muy parecido al ajedrez llamado zatrikión cuya introducción es achacada a los persas. Sin embargo, su “historia oficial” nos indica que se originó en el Valle del Indo en el siglo VI. Originalmente era conocido como chaturanga. La palabra sánscrita chaturanga está formada por el término chatur, que significa cuatro y por el término anga, que significa temas. Con ella se referían a los 4 jugadores (con sus 4 ejércitos) que practicaban el juego a la vez, uno en cada esquina del tablero. El bando de color negro era aliado del bando de color blanco y luchaban contra los bandos rojo y verde, que también jugaban conjuntamente. El encargado de abrir fuego era el ejército verde. El juego era, a su vez, una clara alusión a las cuatro armas del ejército indio: caballería, carros, elefantes e infantería que, al pasar a occidente, se transformaron en caballos, alfiles, torres y peones. El ajedrez se difundió rápidamente gracias a las rutas comerciales, llegando a Persia. Luego los árabes conquistaron entre los años 632 y 651 el Imperio Sasánida y durante ese tiempo entraron en contacto con el ajedrez. Gracias a ellos el juego conoció su primera época de gran esplendor. Durante siglos estudiaron y analizaron en profundidad sus mecanismos, escribiendo numerosos tratados y desarrollando el sistema de notación algebraica. En la actualidad seguimos desconociendo la fecha exacta en que el ajedrez llegó a Europa. Durante mucho tiempo se discutió la posibilidad de que los francos del Imperio Carolingio ya lo conocieran aunque nada se ha podido probar al respecto. Así que sólo puede asegurarse que el juego llegó a Europa entre los años 700 y 900. Una de las rutas de introducción en el continente europeo fue a través del Imperio Bizantino. Posteriormente, los varegos trajeron el juego de Constantinopla (Miklagard, para ellos) a Rusia, donde se implantó a comienzos del siglo VIII. En cuanto a los sajones, parece ser que lo recibieron de los daneses durante el reinado de Athelstan, (925-940), quienes a su vez lo habrían conocido, probablemente, por los rusos, vía Bizancio. Posteriormente, el ajedrez llegaría a Inglaterra en tiempos del monarca Guillermo el Conquistador. Otra de las rutas fue a través de la conquista de España por el Islam: la España musulmana jugó al ajedrez mucho antes que el resto de Europa. El ajedrez era ampliamente practicado en toda la región por moros, moriscos y mozárabes. Prueba de ello es el códice que sobre el ajedrez compusiera el rey Alfonso X de Castilla, llamado Libro de los juegos o Libro del axedrez, conservado actualmente en el Monasterio de El Escorial: una magnífica obra que, según los investigadores, consiste en una refundición y traducción de un tratado árabe. Una tercera vía de introducción fue a través de las Cruzadas. El monje Roberto de San Remy compuso en 1099 una historia de la toma de Jerusalén por Godofredo de Bouillon en la que cuenta que los príncipes babilónicos lo usaban como “passetemps”. Aunque lo cierto es que también lo practicaban los vikingos. Así, en las excavaciones de una sepultura vikinga hallada en la costa sur de Bretaña se encontró un juego de ajedrez y en la región francesa visigótica se descubrieron unas piezas del siglo X, de origen escandinavo, que respondían al modelo árabe tradicional. Durante el Medievo europeo se le llamó «Shatrany» que luego dio origen al término castellano «acedrex» y, posteriormente, al actual “ajedrez”. Asimismo, los persas transformaron el término hindú “rajah», que significa rey, en «shah», siendo de aquí de donde proviene la frase árabe «shah mat»: “el rey ha muerto”. Frase de donde deriva la actual y conocidísima expresión de «jaque mate». Sin embargo, la conciencia ajedrecística tardó bastante en germinar en las mentes medievales. De hecho la mayor parte de referencias bibliográficas de esa época son, en su mayoría, composiciones de carácter literario como poemas épicos en francés antiguo, alemán u otros idiomas. Poemas y cantares en los que se da cuenta del carácter extremadamente bélico que las gentes del medievo otorgaron al juego. Una muestra de ello nos la ofrece el hecho de que en España -y otros países occidentales cristianos- el ajedrez era una de las disciplinas que debía cultivar el futuro caballero, junto con los deportes ecuestres, la caza y la buena lectura. En relación a cuándo pasó el tablero a ser “ajedrezado”, abandonando el unicolor de sus orígenes, existe una alusión concreta a dicha cuestión. Aparece en una composición lírica del año 1100, procedente del Sacro Imperio Romano Germánico, titulada Einsiedeln Poem y que afirma que con el nuevo tablero se simplifica el cálculo de movimientos, además de poder descubrir, más fácilmente, errores o movimientos falsos. El texto europeo más antiguo conocido que contiene las reglas del juego es un libro de la Alta Edad Media titulado “Versus de Scachis” escrito en versos latinos por un autor anónimo del siglo X. Procede probablemente de la zona norte de la península itálica, y al parecer se escribió entre los años 900 y 950. Asimismo, en el siglo XIII se recopiló, bajo el patrocinio del rey Alfonso X “El Sabio”, el famoso manuscrito titulado “Libro de los Juegos” y que trata sobre el ajedrez, las tablas reales (el actual backgammon) y los dados. Desde España se expandió hacia Italia y la Provenza. De estos dos países provienen precisamente los nombres de dos famosas aperturas del ajedrez: la española y la italiana. A finales del siglo XV comenzaron a cambiar sus reglas, dando lugar al nacimiento del ajedrez moderno. En esta época se regularon los movimientos de peones, alfiles y dama. Hasta ese momento, se jugaba de acuerdo con las normas árabes según las cuales la reina y el alfil eran piezas relativamente débiles, que sólo podían avanzar de casilla en casilla. El peón podría ahora dar dos pasos en el primer movimiento, el alfil a cualquier distancia y la dama, a discreción en cualquiera de las ocho direcciones, con lo que quedó convertida en la figura más importante del tablero, dotando de gran espectacularidad al juego. Con dichos cambios el nuevo juego ganó en velocidad, aumentó su popularidad y empezó a exigir nuevas tácticas y aperturas. Estas novedades se introdujeron en la ciudad española de Valencia entre los años 1470 y 1490, quedando de manifiesto en el poema valenciano Scachs d’amor, que a día de hoy está considerado el documento más antiguo sobre el ajedrez moderno. Asimismo, en el año 1495 el valenciano Francesch Vincent publicó el primer libro de ajedrez con el título Libre dels Jochs Partits dels Schacs en Nombre de 100 ordenat e compost. Hacia 1512 apareció en Roma el libro de aprendizaje de Pedro Damiano titulado Questo libro e da imparare giocare a scachi et de le partite. Esta primera edición supuso la aparición de los primeros círculos ajedrecísticos, especialmente en la Península Ibérica y en Italia. A finales del siglo XVI Ruy López de Segura era el mejor jugador del mundo. Fue derrotado en 1575 por el calabrés Giovanni Leonardo da Cutro en el primer torneo internacional de la historia organizado en la corte de Felipe II. Los jugadores italianos comenzaron a dominar el juego, arrebatándoles la supremacía a los españoles. Los italianos, a su vez, fueron desbancados por los franceses y los ingleses durante los siglos XVIII y XIX, cuando el ajedrez, que había sido hasta entonces el juego predilecto de la nobleza y la aristocracia, se popularizó en los cafés y universidades. El primer reglamento impreso del ajedrez que se conoce fue publicado en el año 1749 por Francois A.D. Philidor, incluido en el famoso e influyente tratado de título Analyse du jeu des échecs (1749): fue traducido a muchos idiomas, ayudando a la difusión del juego. El nivel del ajedrez mejoró entonces de manera notable. Comenzaron a organizarse partidas y torneos con mayor frecuencia, y los jugadores más destacados crearon sus propias escuelas. Las piezas del ajedrez se han fabricado con materiales muy diversos a lo largo de milenios pudiendo ser figurativas o abstractas. En la antigüedad la piedra, la madera, el marfil, el hueso, la plata, el oro, el bronce, el alabastro, el cristal, el ónice o la porcelana fueron algunos de los materiales empleados por los maestros artesanos para elaborar sus fantásticos y hermosísimos juegos de ajedrez. Sin embargo, el ajedrez moderno se fabrica generalmente en madera o plástico y responde al modelo conocido como Staunton, diseñado en Gran Bretaña en el siglo XIX. El primer torneo internacional se celebró en Londres en 1851 y a partir de ese instante el ajedrez se popularizó a escala universal. El primer campeonato oficial del mundo de ajedrez se organizó en 1886. A partir de entonces los jugadores compiten a nivel individual en diferentes torneos, aunque también existen competiciones por equipos, siendo una de las más importantes las Olimpíadas de ajedrez. A finales de la década de 1970 las modernas tecnologías hicieron realidad el ajedrez electrónico, permitiendo a los jugadores el enfrentarse contra una máquina. No cabe duda que con el paso del tiempo, el ajedrez se haya convertido en un juego apasionante para todas las edades.

MACINTOSH TV (1993): El ordenador que quiso ser televisor

Antes el televisor servía para ver la televisión. Tiene lógica. Pero en la actualidad, el televisor se ha convertido en un periférico que sirve para todo: ver canales TDT, televisión por cable o por internet (IPTV), jugar a juegos a través de consolas o instalados en el propio televisor, navegar por internet, obtener información online mediante aplicaciones instaladas… Vamos, que el televisor se ha convertido en un híbrido, una suerte de ordenador que hace de todo. No es de extrañar que haya quien, teniendo smartphone, tablet y/o smart TV, prescinda de un ordenador en casa. Pero a finales del siglo pasado, los televisores eran voluminosos, servían para lo que servían y dependían de que los conectaras a una antena o, como mucho a un dispositivo descodificador. Es más, para jugar, debías conectar al televisor la consola de turno. Por su parte, el ordenador era el rey en otros apartados, y ambas tecnologías vivían en paralelo aunque con mucho en común. Tanto los televisores como los monitores de ordenador se basaban en la misma tecnología CRT que los hacía tan abultados. Las tecnologías LCD y TFT ya existían desde los años 60, pero no estuvieron en manos de los consumidores hasta finales del siglo XX. Curiosamente, en los años 80, televisores y ordenadores vivieron un momento de idilio y cooperación con el lanzamiento de los primeros ordenadores domésticos. Ordenadores que eran, en realidad, consolas de juego, como los Atari 400 y 800, los Spectrum o los Commodore, dispositivos que traían todo integrado en el teclado y que necesitaban una pantalla de televisor para funcionar. Sin embargo, y en paralelo, la mayoría del sector apostó por ofrecer ordenadores domésticos que integraban monitor. Una manera de evitar disputas en casa por ver quién controlaba el televisor. Mezclar ambos mundos no era bueno. Volvamos al presente brevemente. Si tienes un ordenador en casa, o un smartphone o una tablet, no necesitas televisor para “sintonizar” canales de televisión. La práctica totalidad están accesibles vía web o a través de aplicaciones, oficiales o de terceros. Incluso las plataformas de televisión de pago ofrecen su contenido vía web y apps. Es más, los monitores actuales poco tienen que envidiar a las pantallas de los televisores. Por un precio módico puedes obtener un monitor de tamaño considerable que reproduzca contenido en Full HD. Y si te rascas un poco más el bolsillo, también los hay en 4K. El caso es que internet ha eliminado las barreras que separaban ordenadores de televisores. Sin embargo, en la última década del siglo pasado, la televisión estaba todavía por dar el salto a lo digital. Así que para ver contenido televisivo, la única manera era sintonizando el canal de turno. Las páginas web de los canales estaban en pañales o ni existían. Si querías ver televisión desde tu ordenador, la solución consistía en instalar una tarjeta sintonizadora de TV. Y el resultado no siempre era el deseado. Pero con algo de pericia y una buena tarjeta, podías convertir tu ordenador en televisor. Algunos fabricantes creyeron que era buena idea crear un ordenador híbrido que hiciera ambas funciones. Sobre el papel, la idea era muy buena. Pero en la práctica, no siempre se llegó a buen puerto. Los inicios no son fáciles. Hoy, todos los televisores tienen CPU, RAM, una unidad de almacenamiento, sintonizadora WiFi, conectividad Ethernet y un largo etcétera de componentes que antes eran exclusividad de los ordenadores. Todo gracias a la miniaturización. Pero para llegar a ese punto, nos hemos tenido que encontrar con experimentos como el Macintosh TV. Se lanzó en octubre de 1993 y para febrero de 1994 se dejó de fabricar. El principal motivo por lo que ordenador híbrido que combinaba PC y TV, no funcionara en el mercado fue su elevado precio. Sí, eran dos dispositivos en uno. Pero el precio no compensaba. Y eso que sobre plano era un buen equipo: pantalla CRT Sony Trinitron de 14 pulgadas, resolución de 640 x 480, tarjeta sintonizadora de TV integrada, lector de CD, mando a distancia… Pero se fabricaron únicamente 10.000 unidades. No era fácil unir la tecnología de televisión, completamente analógica en ese momento, con la tecnología digital propia de los ordenadores. El resultado era una máquina cara que no todos podían permitirse en aquel lejano 1993. Además, la idea de integrar televisión y ordenador tenía poco atractivo en una época en la que todavía no existían TikTok, YouTube, Twitch ni servicios de P2P que permitieran compartir contenido multimedia. Vamos, que ver la televisión en tu ordenador no tenía demasiadas ventajas respecto a verla en un televisor al uso. El caso es que el Macintosh TV sirvió para aprender del error. La tarjeta de TV que traía integrada se incorporó a modelos posteriores, ya más económicos. Y todo el conocimiento adquirido relacionado con la integración de ordenador y televisor lo hemos ido viendo a lo largo de los años con el Apple TV. No cabe duda que este modelo de ordenador televisor ejemplifica muy bien la breve historia de este tipo de ordenador híbrido. Nacio en un momento de transición entre la televisión analógica y digital. Eso por un lado. Por otro lado, empezaba a surgir algo llamado internet que nadie sabía muy bien para qué serviría. Y que, al final, ha resultado ser un canal a través del cual muchos consumen televisión hoy en día. Si bien en la primera mitad de la década de los 90, los primeros ordenadores híbridos no tuvieron el éxito esperado, en la segunda mitad tuvieron recompensa gracias a las pantallas de mayor tamaño y a la introducción de internet. Combinados, hacían que el alto precio de estos aparatos se viera compensado por sus muchas funcionalidades. Sin embargo, su vida fue más bien corta por varios motivos. Tecnologías como la TDT o la televisión por internet (IPTV), en principio, deberían haber ayudado al surgimiento de más ordenadores con capacidades de televisor, ya que la señal analógica se volvía digital. Sin embargo, los primeros sintonizadores eran caros y todavía no se podían integrar en un ordenador. Y a esto hay que añadir la llegada de dispositivos como TiVo o WebTV, que eran más baratos, se conectaban al televisor y permitían ver televisión pero también acceder a contenido online. Todo ello mediante una suscripción que, en ocasiones, venía integrada con tu proveedor de televisión o de internet. Con todo, los ordenadores híbridos supusieron una manera de integrar informática y televisión en una era analógica en la que no era tan simple. Un primer esfuerzo que hemos visto recompensado con dispositivos como Apple TV, Amazon Fire TV o Chromecast. Y, finalmente, con los Smart TV actuales que hacen las veces de televisor y ordenador gracias a las aplicaciones instaladas por defecto y a la posibilidad de conectar teclados y otros periféricos a través de Bluetooth.


NIKON Zfc BLACK EDITION: Lo clásico se impone

Por si no había quedado claro que lo retro vende y que la Nikon Zfc ha sabido jugar muy bien esa baza, la marca ha presentado una versión de color negro del cuerpo de esta APS-C sin espejo, acompañado además de una edición limitada del 40 mm f2 SE. Cabe precisar que no es la primera vez que Nikon intenta jugar la carta de la nostalgia combinando el estilo clásico con los avances digitales. El experimento (hace 7 años) se llamó Nikon Df y no tuvo demasiado éxito por una serie de errores que es mejor olvidar. Pero ahora ello pertenece al pasado y Nikon quiere resarcirse con este modelo. Como sabéis, la Z fc combina el diseño clásico de las cámaras Nikon con la innovadora tecnología de la serie Z para obtener una calidad de imagen excepcional y un estilo puro y sin artificios. Puede fotografiar cualquier cosa y en cualquier lugar, desde imágenes estáticas hasta vídeos y vlogs. Impulse su creatividad hacia el futuro con la cámara mirrorless de formato DX ligera que pone en sus manos la capacidad de capturar lo emblemático y que ahora se presenta en una nueva versión, ideal para los amantes de lo retro: Idénticas especificaciones, pero estética más clásica. Una óptica que sigue los pasos del 28 mm f2.8 SE que se presentó junto a la cámara y que con su estética rinde homenaje a los Nikkor clásico. Se trata, por tanto, de una mera cuestión estética que no afecta a las características ni el rendimiento de este objetivo fijo que ofrece una focal equivalente a 60 milímetros. Lo mismo ocurre con la versión en acabado negro de la Zfc, que mantiene intactas sus especificaciones y diseño más allá de este nuevo color para el cuerpo, originalmente presentado con la versión superior en plata. Al parecer, esta Nikon Zfc negra sólo estará disponible a través de la tienda on-line oficial de Nikon, igual que el resto de acabados de esta cámara, la única de la compañía que se ofrece en una decena de colores diferentes. A estar atento a sus próximos pasos.


LG WING: El móvil más peculiar en forma de consola retro

LG, la que fuera una de las marcas más importantes en el mundo de los smartphones, dejó de fabricar móviles el año pasado. Ahora que sabemos que gana más dinero fuera del mercado de la telefonía, hay usuarios que han decidido darle una mejor vida a sus dispositivos. Es el caso de laozhang (al menos ese es su nombre en Discord), un usuario que ha modificado por completo un LG Wing para convertirlo en una pequeña consola portátil. De esta manera, el entusiasta de los juegos retro ha creado una pequeña maravilla que nadie esperaba. Como recordareis, el LG Wing fue sin duda, uno de los terminales más espectaculares de la compañía. Era un dispositivo que no se podía comparar a nada de lo que hubiésemos visto antes. Con un golpe de pulgar, este LG deslizaba su pantalla girando 90 grados y descubriendo un segundo panel inferior. En el Discord de Retro Game Handhelds, una comunidad de entusiastas, el protagonista de esta historia ha mostrado su impresionante trabajo. Ha convertido la pantalla secundaria del móvil de LG, con 3,9 pulgadas, en una consola capaz de correr juegos Android. Incluso hay un vídeo en el que puedes ver cómo funciona. Una carcasa en la que se encuentran los componentes internos del LG Wing y todos los controles da forma a esta consola que nos hace viajar al pasado. Cuenta además con una abertura trasera que permite seguir utilizando la triple cámara trasera del terminal. El usuario laozhang nos enseña que el dicho «dar una nueva vida» puede llevarse a límites insospechados con nuestros dispositivos electrónicos que creíamos “obsoletos”. El usuario asegura haber fabricado 50 dispositivos como este, porque uno solo no era suficiente. Si lo estabas pensando, no, por desgracia no puedes comprar una de estas consolas, porque ya ha sido reservado hasta el último modelo.